El Amor Eterno


Había una vez un niño llamado Jhon, que tenía 7 años y vivía en un pequeño pueblo. Desde muy pequeño, Jhon había perdido a su papá en un accidente y eso lo hacía sentir triste y vacío por dentro.

Jhon veía cómo otros niños jugaban con sus papás en el parque, cómo los abrazaban y les decían cuánto los amaban. Él anhelaba tener esa misma experiencia, pero sabía que su papá ya no podía estar físicamente con él.

Un día, mientras caminaba por el parque pensando en su papá, se encontró con Don Carlos, un anciano muy amable que solía alimentar a las palomas todos los días.

Don Carlos notó la tristeza en los ojos de Jhon y se acercó a él. "Hola, pequeño ¿qué te pasa? Pareces algo preocupado", dijo Don Carlos con una sonrisa bondadosa. Jhon miró al anciano con timidez y respondió: "Extraño mucho a mi papá. Me hace falta su amor".

Don Carlos comprendió la situación de Jhon y le puso una mano sobre el hombro para consolarlo. "Sé lo difícil que puede ser perder a alguien tan importante como tu papá.

Pero déjame decirte algo: el amor de un padre nunca desaparece del todo. Aunque no esté aquí físicamente contigo, siempre estará presente en tu corazón". Las palabras de Don Carlos resonaron profundamente en Jhon.

Comenzó a darse cuenta de que aunque su papá ya no estaba allí para abrazarlo o jugar con él, aún podía sentir su amor desde adentro. Desde ese día, Jhon y Don Carlos se hicieron amigos inseparables. Pasaban tardes enteras en el parque, alimentando palomas y compartiendo historias divertidas.

Aunque Don Carlos no era su papá, le brindaba un amor inmenso y una compañía invaluable. Un día, mientras caminaban por el pueblo, Jhon notó que había un concurso de dibujo organizado por la escuela.

Se emocionó mucho porque siempre había sido bueno dibujando y pensó que sería una excelente oportunidad para honrar a su papá. Jhon pasó días dibujando con todo su corazón. Representó a su papá como un ángel protector que lo cuidaba desde el cielo.

Cada trazo estaba lleno de amor y añoranza. Llegó el día del concurso y todos los niños presentaron sus dibujos. El jurado quedó asombrado al ver la belleza y profundidad del dibujo de Jhon.

Fue seleccionado como ganador del primer premio. Cuando subió al escenario para recibir su premio, Jhon miró hacia arriba y sonrió sabiendo que su papá estaría orgulloso de él. Don Carlos también estaba allí entre el público, aplaudiendo emocionado por Jhon.

Sabía cuánto significaba ese premio para él y cómo había encontrado una forma especial de mantener vivo el amor de su papá en su corazón.

A partir de ese momento, Jhon entendió que aunque extrañara a su papá todos los días, aún podía encontrar amor en otras personas especiales a su alrededor. Aprendió que el amor puede venir de diferentes formas y lugares, y que uno tiene la capacidad de amar intensamente sin importar las circunstancias.

Y así, Jhon siguió creciendo rodeado del amor de Don Carlos y de muchas otras personas que lo apoyaban.

Siempre recordó a su papá con cariño y supo que el amor que compartieron nunca desaparecería, porque los padres saben amar con una intensidad infinita, incluso desde lejos.

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