El amor eterno de Soledad y Víctor


Soledad y Víctor se conocieron cuando eran muy jóvenes. Desde el primer momento en que se vieron, supieron que estaban destinados a estar juntos. Paseaban por el parque, se reían juntos y compartían sus sueños. Con el tiempo, su amor creció y se fortaleció, y decidieron casarse.

Pasaron juntos por muchas aventuras, altibajos y momentos difíciles, pero su amor siempre fue su fortaleza. Al cabo de unos años, tuvieron tres hijos; dos niñas llamadas Lucía y Valentina, y un niño llamado Mateo. Los niños crecían felices en un hogar lleno de amor y risas.

Un día, Soledad y Víctor decidieron llevar a sus hijos a un viaje sorpresa. Empacaron sus maletas y se dirigieron a un hermoso bosque. Mientras caminaban por el sendero, se encontraron con un anciano sabio que les dijo que en lo más profundo del bosque, encontrarían la fuente de los deseos, donde podrían pedir un deseo cada uno, y este se cumpliría si sus corazones estaban llenos de amor y bondad.

Los niños estaban emocionados y comenzaron a correr hacia la fuente. Al llegar, cada uno pidió un deseo con todo su corazón. Lucía pidió que todos los animales del bosque estuvieran a salvo, Valentina pidió que todos los niños del mundo tuvieran comida y Mateo pidió que nunca se acabara el amor en su familia.

De repente, la fuente comenzó a brillar y una luz cálida envolvió a la familia. El anciano les sonrió y les dijo que sus deseos se habían hecho realidad, porque sus corazones estaban llenos de amor y bondad. La familia regresó a casa con el corazón lleno de felicidad, sabiendo que su amor duraría para siempre.

Y así, Soledad y Víctor vivieron felices para siempre, junto con sus hijos, recordando que el amor verdadero y la bondad siempre traen alegría a sus vidas.

Dirección del Cuentito copiada!