El amor no tiene apariencia


Había una vez en un reino lejano, una princesa llamada Sofía. Era muy hermosa y tenía muchos pretendientes, pero ella no se sentía atraída por ninguno de ellos.

Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un ogro llamado Max. Al principio tenía miedo de él, pero después de hablar con él durante un rato, descubrió que era muy amable y divertido.

Sofía comenzó a visitar a Max todos los días en su cueva en el bosque. A pesar de que la gente del reino les decía que no podían estar juntos porque eran muy diferentes, ellos ignoraron las críticas y continuaron viéndose.

Un día, mientras estaban juntos en la cueva del ogro, llegaron unos cazadores al bosque. Ellos querían cazar al ogro para venderlo como trofeo al rey del reino vecino. Max luchó valientemente contra los cazadores para proteger a Sofía y logró escapar junto con ella.

Después de esa experiencia traumática, Sofía se dio cuenta de lo mucho que amaba a Max y decidió enfrentarse a su padre para demostrarle que su amor era verdadero.

"Padre - dijo Sofía - sé que Max es diferente a mí y a todos los demás príncipes del reino, pero eso es lo que me hace amarlo aún más. "El padre estaba sorprendido por la valentía y determinación de su hija. Entonces decidió darles una oportunidad y permitió que se casaran.

La boda fue hermosa e inolvidable para todos los habitantes del reino. La princesa Sofía y el ogro Max vivieron felices para siempre, demostrando que el amor no conoce de diferencias ni barreras.

Esta historia nos enseña que es importante aceptar a las personas por lo que son, independientemente de su apariencia o condición social. Además, también nos muestra la importancia del valor y la valentía al enfrentarse a los obstáculos para conseguir nuestros sueños.

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