El Amor que Cruzó Barreras



En un pequeño pueblo rodeado de montañas y un río cristalino, vivían dos jóvenes amigos: Sheila y Alex. Desde pequeños habían compartido aventuras, risas y secretos, pero cada vez que parecía que algo más especial podía nacer entre ellos, alguna circunstancia los alejaba.

Un día, en el jardín de la escuela, mientras todos los chicos hablaban sobre sus sueños y esperanzas, Sheila miró a Alex y le dijo:

"Yo creo que un día voy a tener una librería hermosa, llena de cuentos y aventuras. ¿Y vos?"

"Yo sueño con ser pintor y llenar el mundo de colores. Pero creo que estoy mejor siendo solo tu amigo, ¿no?"

"¿Por qué lo decís?"

"No sé, quizás porque tengamos miedos..."

Era cierto, aunque deseaban ser algo más que amigos, ambos temían que una relación los alejase y arruinara la hermosa amistad que compartían.

Con el tiempo, sus caminos tomaron rumbos diferentes. Sheila empezó a escribir cuentos, mientras que Alex se dedicó a la pintura. Ambos se sentían felices con sus logros, pero el uno nunca dejaba de pensar en el otro.

Una tarde, pasaron por la misma plaza del pueblo, donde había un concurso artístico. Alex decidió participar, y su obra era un mural que representaba la amistad. Sheila, al verlo, sintió que debía estar a su lado.

"¡Me encanta lo que hiciste! Es hermoso, Alex. ¿Te gustaría que te ayudara con la pintura?"

"No sé... Quizás si me ayudas, podamos hacer algo aún más grande, pero me da miedo que no funcione..."

"Probémoslo juntos, ¡es lo que los amigos hacen!"

Esa colaboración la llevó a sentirse más unida a Alex. Las semanas pasaron, y comenzaron a explorar sus sentimientos. Una tarde, durante un picnic, Sheila le dijo:

"¿No te gustaría que llegara un momento en que pudiéramos decirnos lo que sentimos sin miedo?"

"Eso sería perfecto, pero..."

Aquí, la incertidumbre llenó el aire. Un giro inesperado llegó cuando Sheila fue elegida para participar en un concurso de escritores. Alex, al ver su entusiasmo, decidió acompañarla y apoyarla, pero una vez más, el miedo se interpuso.

"Sheila, si ganás, seguramente te irás a estudiar a la ciudad. Nos separaría..."

"Pero también podría volver y podría compartir todo lo aprendido contigo. ¡Sueño con que nuestras pasiones se unan!"

Sin embargo, el temor de lo desconocido era fuerte y, aunque había amor en el aire, las palabras seguían sin salir.

La fecha del concurso se acercaba. Una tarde, en el parque donde solían jugar, decidieron hablar de nuevo:

"¿Por qué no hablamos de lo que queremos?"

"¿Qué querés decir?"

"Si nos decimos lo que sentimos, tal vez descubramos que podemos ser felices juntos..."

En ese instante, el viento pareció detenerse mientras Alex respiraba hondo y decía:

"Sheila, yo... te quiero. Y quiero que intentemos ser algo más, a pesar de los miedos. ¿Te gustaría ser mi pareja?"

"¡Oh, Alex! ¡Por supuesto! Siempre quise que esto sucediera, solo tenía miedo de perderte"

Fue una revelación mágica. El amor había cruzado finalmente las barreras del miedo. Decidieron enfrentar el futuro juntos, prometiendo apoyarse en sus sueños.

Y así, Sheila y Alex se convirtieron en una pareja inseparable, llenando el mundo con sus colores y cuentos. Juntos aprendieron que a veces, los mayores obstáculos son solo miedos que hay que enfrentar. Desde entonces, su amistad se volvió más fuerte y cada día era una nueva página en su historia.

Juntos demostraron que el amor puede florecer cuando se enfrentan los temores y se abraza la valentía, ¡incluso en los momentos más inesperados!

FIN.

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