El amor que despierta



Érase una vez, en un reino muy lejano, una hermosa princesa llamada Delfina. Vivía en un castillo gigante junto a sus padres, el rey y la reina.

Delfina era amable, inteligente y siempre tenía una sonrisa en su rostro. Un día, mientras paseaba por los jardines del castillo, Delfina se encontró con un hada madrina que estaba atrapada en una telaraña. "- ¡Ayúdame, por favor! - suplicó el hada madrina.

"Delfina corrió hacia ella y con mucho cuidado liberó al hada de la telaraña. Agradecida por su ayuda, el hada decidió otorgarle a Delfina un deseo especial.

"- Por ser tan generosa y valiente, te concederé un deseo mágico - dijo el hada madrina - ¿Qué deseas más que nada en el mundo?"Delfina pensó durante unos momentos y luego respondió con entusiasmo: "- Quiero que todos los habitantes del reino sean felices".

El hada sonrió y agitando su varita mágica lanzó un hechizo sobre todo el reino. De repente, las calles se llenaron de risas y alegría. Todos los ciudadanos estaban contentos gracias al deseo de Delfina. Pero había algo extraño ocurriendo dentro del castillo.

La princesa comenzaba a sentirse cada vez más cansada y no podía mantenerse despierta. Sus padres preocupados llamaron a los mejores médicos del reino para descubrir qué le pasaba. Los médicos examinaron a Delfina pero no encontraron ninguna enfermedad.

Sin embargo, uno de ellos recordó una antigua leyenda que decía que si alguien deseaba la felicidad para todos sin pensar en sí mismo, caería en un sueño profundo.

"- Creo que Delfina ha caído bajo el hechizo del deseo - dijo el médico - su sueño solo se romperá cuando alguien le demuestre un amor verdadero y desinteresado". Los padres de Delfina estaban desesperados por encontrar a alguien que pudiera despertar a su amada hija.

El rey anunció en todo el reino que aquel valiente príncipe o princesa capaz de demostrar su amor verdadero sería recompensado con la mano de Delfina en matrimonio y gobernarían juntos el reino. Muchos pretendientes llegaron al castillo, pero ninguno logró despertar a la princesa.

Algunos intentaron besarla, otros trataron de impresionarla con regalos costosos, pero nada funcionaba. Pasaron los días y nadie parecía capaz de romper el hechizo. Hasta que un día, llegó al castillo un joven campesino llamado Mateo.

Era humilde y no tenía riquezas ni títulos nobles, pero tenía un corazón puro y sincero. "- No tengo tesoros ni poder - dijo Mateo - pero puedo ofrecerte mi amor incondicional".

Con lágrimas en los ojos, Mateo besó suavemente la frente de Delfina mientras susurraba palabras llenas de cariño: "- Te amo tal como eres, princesa hermosa. Despierta y déjame mostrarte el amor verdadero". Y así, como por arte de magia, los ojos de Delfina se abrieron.

Se levantó y miró a Mateo con una sonrisa radiante. "- Me has despertado con tu amor verdadero y desinteresado - dijo Delfina emocionada - No necesito riquezas ni títulos nobles, solo necesito a alguien que me ame de verdad".

Delfina y Mateo se casaron y gobernaron juntos el reino en perfecta armonía. Bajo su reinado, la felicidad se extendió por todo el territorio y todos vivieron felices para siempre.

La historia de Delfina princesa hermosa nos enseña que el verdadero amor no está basado en cosas materiales ni apariencias externas, sino en los sentimientos puros y sinceros que provienen del corazón. Y cuando amamos sin esperar nada a cambio, podemos lograr cosas maravillosas.

FIN.

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