El amor que siempre está


Nicolás estaba muy emocionado porque mañana había una actividad especial en la escuela por el día del padre. Pero cuando llegó a casa y le contó a sus mamás, ellas se dieron cuenta de que Nico se sentía triste.

- ¿Qué pasa, mi amor? -preguntó su mamá Ana. - Es que mañana es el día del padre y yo no tengo papá -respondió Nico con lágrimas en los ojos.

- Pero tienes dos mamás que te quieren muchísimo y siempre están aquí para ti -dijo su otra mamá, Laura. Nico asintió con la cabeza pero seguía sintiéndose un poco triste.

Esa noche, mientras cenaban juntos, sus mamás le dijeron:- Nicolás, queremos que sepas que no importa si tienes un papá o dos mamás o cualquier otra cosa. Lo importante es tener personas que te amen y te cuiden siempre.

Nico sonrió un poco más al escuchar eso, pero todavía estaba pensando en cómo celebrar el día del padre sin tener uno. Entonces se le ocurrió una idea:- ¿Y si hacemos algo especial para ustedes? Como una sorpresa por ser mis dos madres.

Las dos mujeres se miraron entre sí con ternura y aceptaron encantadas la propuesta de Nico. Así pasaron toda la noche preparando algo especial para el día siguiente en la escuela. Cuando llegó el gran día, todos los niños estaban emocionados por presentar a sus padres alguna sorpresa.

Cuando llegó el turno de Nicolás, él subió al frente junto a sus dos madres y dijo:- Quiero presentarles a mis madres. Ellas me han enseñado todo lo que sé y siempre me han cuidado.

Quiero darles un abrazo muy fuerte por ser las mejores mamás del mundo. Todos los niños aplaudieron emocionados al ver el amor que había entre Nico y sus dos madres.

Y así, aunque no tuvo un papá para celebrar el día del padre, Nicolás aprendió una gran lección: lo importante es tener personas que te quieren incondicionalmente, sin importar su género o cualquier otra cosa.

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