El amor que todo lo supera


Había una vez una chica llamada Sofía, que era morocha y muy hermosa. Estaba profundamente enamorada de su amado y futuro esposo, el bello Benjamín.

Cada día, Sofía esperaba ansiosa el momento en que pudiera estar junto a él y compartir su amor. Sin embargo, un día algo inesperado sucedió. Mientras Sofía caminaba por el parque, vio a Benjamín caminando de la mano con Jazmín, una chica rubia y encantadora.

El corazón de Sofía se llenó de tristeza al verlos juntos. Sofía decidió esconderse detrás de un árbol para observarlos sin ser vista. Desde allí, vio cómo Benjamín sonreía y le hablaba dulcemente a Jazmín.

Esto hizo que las lágrimas comenzaran a deslizarse por las mejillas de Sofía. De repente, apareció un pequeño duende llamado Mateo. Mateo había estado observando la situación desde lejos y decidió acercarse a Sofía para consolarla.

- Hola, Sofía ¿Por qué estás tan triste? - preguntó Mateo con voz amigable. - ¡Oh! - sollozó Sofía - Estoy enamorada de Benjamín, pero ahora él está con Jazmín ¡Me siento destrozada! Mateo asintió comprensivamente y dijo: "Entiendo cómo te sientes, pero permíteme contarte algo importante".

Sofía secó sus lágrimas y miró curiosa al duende. - El amor es algo maravilloso - continuó Mateo - Pero a veces, las cosas no suceden como esperamos.

Aunque ahora te sientas triste, debes recordar que el amor verdadero es desinteresado y siempre desea la felicidad de la otra persona. Sofía reflexionó sobre las palabras de Mateo y decidió tomar una decisión valiente. Se acercó a Benjamín y Jazmín con una sonrisa en su rostro.

- Hola chicos - dijo Sofía amablemente - Me alegra verlos juntos. Benjamín, quiero que seas feliz, aunque sea con alguien más. Benjamín y Jazmín se sorprendieron por las palabras de Sofía, pero también se sintieron impresionados por su nobleza.

- Sofía, eres una persona increíblemente generosa - dijo Benjamín con admiración - Pero mi corazón solo pertenece a ti. Jazmín es solo una amiga. Sofía no podía creer lo que estaba escuchando.

Una gran sonrisa iluminó su rostro y abrazó a Benjamín con todo su amor. Desde ese día en adelante, Sofía aprendió una lección muy importante: el amor verdadero siempre busca la felicidad del ser amado, incluso si eso significa dejarlo ir.

Y aunque los celos puedan surgir en ocasiones, confiar en la sinceridad del corazón es fundamental para mantener viva esa llama especial que une a dos personas enamoradas.

Y así fue como Sofía y Benjamín vivieron felices para siempre, demostrando al mundo que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo y fortalecerse aún más ante las adversidades.

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