El Amor que todo lo Vence



Había una vez en un hermoso pueblo rodeado de montañas, dos niños llamados Martina y Juan. Ambos habían pasado por momentos difíciles en sus vidas, pero encontraron amor y fortaleza el uno en el otro.

Martina vivía al pie de la montaña, mientras que Juan vivía en la cima, separados por un extenso valle. A pesar de la distancia, se escribían cartas y se enviaban mensajes con palomas mensajeras para mantenerse cerca en sus corazones.

Martina quería ser bailarina, pero tenía miedo de no ser lo suficientemente buena, mientras que Juan soñaba con ser un gran pintor, pero pensaba que sus cuadros no serían entendidos. A pesar de sus miedos, encontraron consuelo y motivación en el amor que se tenían.

Una tarde, mientras paseaban por el valle, encontraron un puente alto y tembloroso que conectaba sus hogares. Martina y Juan decidieron dar un paso valiente y cruzarlo juntos, simbolizando su determinación de superar cualquier obstáculo.

Mientras caminaban sobre el puente, una tormenta se desató. El viento soplaba fuerte y la lluvia caía con fuerza, pero nunca soltaron sus manos. Llegaron del otro lado extenuados pero más fuertes que nunca.

Decidieron construir un refugio en el medio del puente, un lugar donde se sintieran seguros y recordaran que juntos podían superar cualquier desafío. Con el tiempo, Martina se convirtió en una talentosa bailarina y Juan en un reconocido pintor.

Ambos compartieron sus logros, desafíos y alegrías, demostrando que el amor verdadero puede vencer cualquier obstáculo y que juntos son invencibles. Y así, el puente se convirtió en un símbolo de amor y superación, inspirando a todos los que escuchaban su historia.

FIN.

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