El amor real de la princesa Amelia



Había una vez en el reino de Alboria, una princesa llamada Amelia. Era una joven hermosa, inteligente y valiente, pero tenía un secreto que guardaba con mucho cuidado: se había enamorado del humilde guardia del castillo, Martín.

Amelia y Martín se conocieron cuando él la rescató de un intento de robo en las afueras del castillo. Desde ese momento, la princesa no pudo sacarlo de su mente.

Sin embargo, sabía que su amor era imposible debido a las diferencias sociales que los separaban. "Martín, ¿cómo estás hoy?" -preguntaba Amelia cada vez que pasaba por donde él estaba apostado. "Bien, alteza. Gracias por preguntar", respondía Martín con una sonrisa cálida en el rostro.

A pesar de sus esfuerzos por ocultar sus sentimientos, la actitud de la princesa no pasó desapercibida para la reina Isabel, madre de Amelia. Preocupada por el bienestar de su hija, decidió hablar con ella.

"Hija mía, he notado que tienes un brillo especial en los ojos cuando hablas con Martín. ¿Hay algo que quieras contarme?", dijo la reina con ternura. Amelia sintió cómo el rubor subía a sus mejillas al ser descubierta.

Con voz temblorosa, confesó: "Madre, me he enamorado del guardia Martín. Sé que nuestra diferencia social nos separa, pero no puedo evitarlo". La reina escuchó atentamente a su hija y comprendió la situación.

Aunque le preocupaba lo que pudiera pensar la gente del reino sobre este amor prohibido, decidió apoyar a Amelia en lugar de juzgarla. "Querida Amelia, el amor no entiende de clases sociales ni títulos nobiliarios.

Si tu corazón ha elegido a Martín, debes seguirlo sin importar lo que digan los demás", aconsejó la reina. Animada por las palabras de su madre, Amelia decidió luchar por su amor junto a Martín.

Juntos idearon un plan para estar juntos sin levantar sospechas: se encontrarían en secreto en el jardín del castillo todas las noches bajo la luz de la luna. Los encuentros furtivos entre Amelia y Martín se convirtieron en el secreto mejor guardado del reino.

Mientras tanto, los rumores sobre la relación prohibida empezaron a circular entre los sirvientes y cortesanos. Un día, durante una fiesta celebrada en honor al cumpleaños del rey Alejandro, un grupo de nobles malintencionados decidió exponer públicamente la verdad sobre el romance entre la princesa y el guardia.

Ante sorpresa generalizada en medio del banquete real uno de los nobles gritó: "¡La princesa Amelia está enamorada del humilde guardia Martín!"El silencio invadió el salón mientras todos esperaban nerviosos cuál sería la reacción del rey y la reina ante esta revelación inesperada.

Fue entonces cuando el rey Alejandro se puso de pie lentamente y dirigiéndose hacia su hija dijo: "Amelia querida... si has encontrado en Martín a alguien digno de tu amor sincero e incondicional... solo puedo bendecir esa unión.

"Las lágrimas brotaron en los ojos emocionados tanto de Amelia como también muchos presentes quienes aplaudieron emocionados aquella muestra tan puritana e inclusiva mostradas desde los más altos rangos aristocráticos dentro aquel reinado ejemplar para toda AlboriaDesde ese día adelante, La Princesita Amélia demostrando estar muy feliz junto al Guardián Martin, siempre recordaría aquellas sabias palabras emitidas alguna vez por aquel Rey tan comprensivo : "En cuestiones amorosas, solamente debe primar aquello realmente importante...

¡el verdadero cariño!"

FIN.

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