El Amor sin Barreras



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, dos jóvenes llamados Marta y Pedro. Se conocieron en los años 60s cuando eran adolescentes y desde ese momento, sus corazones quedaron flechados. Marta era una chica alegre y soñadora.

Tenía el cabello largo y rizado, con ojos brillantes como estrellas. Siempre llevaba puesta su falda a cuadros y su blusa floreada favorita. Por otro lado, Pedro era un chico apuesto con una sonrisa encantadora.

Siempre llevaba puesto su sombrero de ala ancha y caminaba con un aire de misterio. Desde el primer día que se vieron, Marta y Pedro se hicieron inseparables.

Pasaban horas juntos explorando el pueblo, riendo y compartiendo sus sueños más grandes. Pero había algo confuso en su relación: ninguno de los dos sabía si eran novios o simplemente amigos muy cercanos.

Un día soleado de primavera, mientras Marta recogía flores silvestres en el campo, se encontró con Rosa, la abuela del pueblo conocida por ser sabia y comprensiva. "Hola querida Marta", dijo Rosa con una sonrisa amable. "¡Hola Rosa! ¿Cómo estás?" respondió Marta emocionada. "He notado que pasas mucho tiempo con Pedro últimamente.

¿Qué sientes por él?", preguntó Rosa curiosa. Marta bajó la mirada tímidamente antes de responder: "No lo sé realmente... Me gusta estar cerca de él pero no sé si soy solo una amiga especial para él.

"Rosa le dio unas palmaditas reconfortantes en la espalda y dijo: "A veces, el amor puede ser confuso. Pero no tengas miedo de expresar tus sentimientos. La vida es demasiado corta para quedarse con dudas.

"Marta agradeció los consejos de Rosa y decidió hablar con Pedro sobre sus sentimientos. Esa misma tarde, se encontraron en la plaza del pueblo. "Pedro, tengo algo importante que decirte", dijo Marta nerviosa. "Dime, Marta", respondió Pedro con curiosidad.

Marta reunió todo su coraje y le confesó sus sentimientos a Pedro. Le explicó lo especial que era para ella y cómo había estado confundida acerca de su relación. Pedro sonrió dulcemente y tomó las manos de Marta en las suyas.

"Marta, siempre he sentido algo especial contigo también. Me alegra que hayas tenido el valor de hablarlo. "A partir de ese día, Marta y Pedro comenzaron oficialmente una hermosa historia de amor.

Juntos vivieron aventuras emocionantes, viajaron por todo el país e incluso formaron una familia llena de amor y felicidad. En cada etapa de su vida juntos, recordaban la importancia de comunicarse abiertamente sobre sus sentimientos para evitar confusiones innecesarias.

Y así fue como Marta y Pedro demostraron que el amor verdadero puede superar cualquier obstáculo o confusión en la vida. Aprendieron que es fundamental hablar sobre los sentimientos y no tener miedo al rechazo o a la incertidumbre. Fin

FIN.

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