El Amor sin Etiquetas



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un chico llamado Mateo. Era conocido por ser el más guapo de todos los jóvenes del lugar.

Tenía ojos azules como el cielo y una sonrisa encantadora que hacía suspirar a todas las chicas. Un día, mientras caminaba por la plaza del pueblo, vio a una chica sentada en un banco.

Era diferente a las demás; tenía el pelo desordenado y lleno de rulos rebeldes, gafas grandes que le cubrían casi todo el rostro y llevaba ropa vieja y gastada. A simple vista, podría decirse que era —"fea"  según los estándares convencionales de belleza. Sin embargo, había algo especial en ella que atrajo la atención de Mateo.

Se acercó tímidamente y le preguntó su nombre. "Hola, soy Mateo ¿Cómo te llamas?"- dijo con curiosidad. La chica levantó la mirada sorprendida por la atención recibida y respondió con timidez:"Soy Violeta".

Desde ese momento, Mateo comenzó a pasar tiempo con Violeta. Descubrió que detrás de su apariencia poco común se escondía una persona increíblemente inteligente, amable y talentosa para pintar hermosos cuadros.

Ambos compartieron momentos mágicos juntos: pasearon por los campos verdes llenos de flores silvestres, observaron las estrellas en las noches despejadas e incluso organizaron exposiciones con los magníficos cuadros de Violeta.

A medida que pasaba el tiempo, Mateo se dio cuenta de que estaba profundamente enamorado de Violeta, y no le importaba en absoluto su apariencia física. Pero había un problema: sus amigos y familiares no entendían cómo podía estar enamorado de alguien que consideraban —"fea" . Un día, Mateo decidió llevar a Violeta al baile anual del pueblo.

Todos miraban con asombro cuando vieron a Mateo llegando con ella, pero él caminaba con orgullo junto a su amada. Durante el baile, una chica llamada Sofía se acercó a Mateo y dijo burlonamente:"¿Cómo puedes estar aquí con ella? Es tan fea".

Mateo la miró seriamente y respondió:"La belleza verdadera no está en el aspecto físico, sino en el corazón y las acciones de una persona.

Violeta es la persona más hermosa que he conocido, porque me ha mostrado amor incondicional, bondad y talento". Las palabras de Mateo resonaron en todo el salón y todos quedaron sorprendidos por su respuesta.

A medida que avanzaba la noche, los demás jóvenes comenzaron a darse cuenta de lo equivocados que habían estado al juzgar a Violeta por su apariencia. La admiración creció cuando vieron cómo bailaba con gracia y conversaba animadamente sobre arte. Desde ese momento, Violeta fue aceptada por todos como una persona valiosa e inspiradora.

Su historia de amor enseñó al pueblo que la belleza verdadera va más allá del aspecto físico. Y así fue como Mateo y Violeta vivieron felices para siempre, demostrando al mundo que el verdadero amor trasciende cualquier barrera superficial. Fin

FIN.

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