El Amor y el Olvido
En un pequeño pueblo rodeado de montañas y ríos de aguas cristalinas, vivía una niña llamada Lila. Siempre tenía una sonrisa en el rostro, pero había un pequeño secreto que la preocupaba. Lila había perdido a su mejor amigo, Emiliano, quien se mudó a otra ciudad. Desde entonces, su corazón sentía un vacío que ni las aventuras más emocionantes podían llenar.
Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, encontró un árbol gigantesco y maravilloso. Sus ramas parecían tocar el cielo, y entre sus hojas, había un brillo dorado. Intrigada, se acercó y, de repente, una pequeña hada apareció.
"Hola, Lila. Soy Lira, el hada del amor y el olvido. He estado observándote y he sentido tu tristeza. ¿Qué te preocupa?"
Lila suspiró y confesó:
"Extraño mucho a Emiliano. Siento que mi corazón está roto porque no está aquí. No sé cómo olvidarlo y seguir adelante."
Lira sonrió con ternura y dijo:
"El amor nunca se olvida, pero a veces necesitamos aprender a llevarlo con nosotros. Te propongo un viaje mágico. Te llevaré a un lugar donde descubrirás cómo el amor puede vivir junto con el recuerdo."
Sin pensarlo dos veces, Lila agarró la mano de Lira y juntas volaron hacia una nube de colores. Cuando aterrizaron, se encontraron en un bosque donde los árboles contaban historias a través de sus hojas. Lira le dijo:
"Cada árbol aquí representa un amor y un recuerdo. Escucha lo que tienen para contarte."
Lila se acercó a un árbol con hojas azules que susurraban suavemente:
"Yo solía ser un área de juego donde dos amigos compartían risas y secretos. Aunque han crecido y se han ido, siempre vivirán en mi corazón."
"No hace falta olvidar a las personas que amamos, solo aprender a seguir adelante con esos hermosos recuerdos", reflexionó Lila.
Mientras caminaban, encontraron un lago que reflejaba el cielo. En el agua, Lira le mostró a Lila cómo las burbujas representaban diferentes momentos.
"Cada burbuja es un recuerdo. Puedes atesorarlos, pero también necesitas dejar que fluyan al agua. Si los retienes, causarás tristeza en tu corazón."
Lila miró las burbujas y comprendió que podría recordar a Emiliano sin sentir una profunda tristeza.
"¿Y si comparto mis recuerdos con otros?"
"¡Esa es una idea maravillosa! Compartir el amor fortalece más los lazos, incluso con aquellos que se han ido. Recuerda lo hermosa que fue tu amistad y deja que esa luz brille dentro de ti."
Decidida, Lila comenzó a dejar que los recuerdos fluyeran, riendo y contando historias de sus momentos juntos. Mientras lo hacía, sintió que el vacío en su corazón comenzaba a llenarse de amor.
Después de un rato, Lira decidió que era hora de regresar.
"Recuerda, Lila, el amor nunca se olvida; se transforma y vive en nosotros. Cuando mires al cielo y encuentres una estrella, recuerda que Emiliano está ahí, cuidándote y sonriendo."
Lila sonrió agradecida y se despidió de su hada. Cuando regresó a casa, tenía una nueva comprensión del amor. Comprendió que podía recordar a Emiliano con alegría y que el amor nunca lo perdería.
Desde ese día, Lila decidió crear un libro de recuerdos, lleno de historias, dibujos y mucho amor, que compartiría con sus amigos y familiares. Así, el amor y el olvido aprendieron a convivir en su corazón, y ella nunca volvió a sentirse sola.
Y así, en el pequeño pueblo, las risas de Lila resonaban más fuerte que nunca, llenando el aire de aventuras, recuerdos y, por supuesto, amor.
FIN.