El amuleto encantado



Había una vez, en el hermoso Norte de Chile, un pueblo llamado Selti. Este no era un pueblo común y corriente, ya que sus habitantes eran niños muy especiales que vivían en una dimensión paralela.

Los niños selti poseían habilidades mágicas y podían comunicarse con la naturaleza de una forma única. En este pueblo vivía Lila, una niña curiosa y aventurera.

A diferencia de los demás niños selti, a Lila le encantaba explorar más allá de los límites del pueblo. Un día, mientras jugaba cerca de un río, encontró un extraño objeto brillante en el agua. Era un amuleto antiguo con inscripciones desconocidas.

Lila sabía que aquel amuleto tenía algo especial y decidió llevárselo al anciano sabio del pueblo para pedirle ayuda. El anciano examinó el amuleto detenidamente y le dijo a Lila que era la llave hacia otro mundo mágico aún más maravilloso.

Emocionada por esta revelación, Lila decidió emprender un viaje hacia ese nuevo mundo junto a su mejor amigo Matías. Ambos se adentraron en el bosque encantado siguiendo las indicaciones del anciano sabio. Mientras caminaban entre árboles gigantes y cascadas cristalinas, escucharon risas provenientes de detrás de unos arbustos.

Con cautela se acercaron y descubrieron a dos duendes traviesos jugando con unas hadas luminosas. "¡Hola!" -dijo Lila emocionada.

Los duendes se asustaron al ver a Lila y Matías, pero las hadas los tranquilizaron y les explicaron que en ese mundo mágico todos eran bienvenidos. Lila y Matías se hicieron amigos de las hadas y los duendes, quienes les contaron historias fascinantes sobre sus aventuras. Juntos, exploraron cuevas secretas, montañas encantadas y lagos cristalinos.

Un día, mientras estaban jugando cerca de un volcán activo, la tierra empezó a temblar fuertemente. Todos entraron en pánico y no sabían qué hacer.

Pero Lila recordó una lección importante que había aprendido del anciano sabio: "Cuando enfrentes un desafío, confía en tus habilidades". Con valentía, Lila utilizó su poder mágico para calmar el volcán. Los demás niños selti también usaron sus habilidades para ayudar. Juntos lograron detener la erupción y salvar al pueblo.

Después de aquel incidente, Lila comprendió que su curiosidad y espíritu aventurero no solo la habían llevado a descubrir un nuevo mundo mágico sino también a aprender importantes lecciones sobre amistad, valentía y trabajo en equipo.

De regreso en el pueblo selti, todos celebraron el regreso triunfal de Lila y Matías. Los niños selti se dieron cuenta de que cada uno tenía algo especial dentro de sí mismo y que juntos podían superar cualquier obstáculo.

Desde aquel día, los niños selti siguieron explorando su dimensión paralela con responsabilidad y respeto por la naturaleza. Y aunque siempre existirían desafíos, sabían que podían enfrentarlos con valentía y confianza en sí mismos.

Y así, el pueblo selti continuó viviendo en armonía y felicidad, siendo un ejemplo para todos los demás pueblos del mundo.

FIN.

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