El anciano del parque



Había una vez una niña llamada Laura que tenía un gran sueño: ser escritora de cuentos.

Desde muy pequeña, le encantaba inventar historias y personajes en su mente, y siempre llevaba consigo un cuaderno donde escribía todo lo que se le ocurría. Un día, mientras caminaba por el parque con su abuelo, se encontró con un anciano sentado en un banco leyendo un libro. Laura se acercó tímidamente y le preguntó qué estaba leyendo. "Hola, señor.

¿Qué está leyendo?"- preguntó Laura curiosa. "Estoy leyendo una historia muy interesante sobre un niño aventurero que viaja por el mundo buscando tesoros"- respondió el anciano con una sonrisa amable.

Laura quedó fascinada por la historia del libro y decidió pedirle consejos al anciano para poder escribir sus propios cuentos. "¿Señor, usted podría ayudarme a escribir mis propios cuentos? Siempre he querido ser escritora"- dijo Laura emocionada.

El anciano asintió con la cabeza y comenzaron a charlar sobre los diferentes tipos de historias que podían crear juntos. Así fue como empezaron a reunirse todos los días en el mismo banco del parque para trabajar en las historias de Laura. Pero no todo era tan fácil como parecía.

En cierta ocasión, cuando estaban trabajando en una historia de misterio sobre un robo en un museo, llegó una tormenta repentina y arruinó todas las hojas del cuaderno donde habían estado escribiendo durante semanas enteras.

Laura estaba desesperada, pero su abuelo le recordó que nunca debía darse por vencida. "No te preocupes, Laura. A veces las cosas no salen como queremos, pero eso no significa que tengamos que dejar de intentarlo.

Siempre hay una solución para todo"- dijo su abuelo con cariño. Laura tomó nota del consejo de su abuelo y decidió volver a escribir la historia desde cero. Esta vez, lo hizo aún mejor que la primera y logró terminarla en tiempo récord.

Finalmente, después de mucho esfuerzo y dedicación, Laura publicó su primer libro de cuentos y se convirtió en una escritora reconocida en todo el mundo.

Pero nunca olvidó el gran apoyo que recibió de su abuelo y del anciano del parque, quienes siempre creyeron en ella y la ayudaron a cumplir sus sueños. Y así fue como Laura aprendió que nunca debe rendirse ante los obstáculos, sino seguir adelante con perseverancia y determinación para alcanzar sus metas más anheladas.

FIN.

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