El ángel guardián de todos los niños



En un lejano reino celestial, Dios creó a un ángel muy especial, cuya misión era cuidar y proteger a todos los niños del mundo. Este ángel, llamado Lucián, poseía unas grandes alas blancas y brillantes, y una sonrisa cálida que iluminaba el cielo. Todos los días, Lucián se sumergía en un mar de estrellas para recoger la luz más pura y convertirla en protección para los niños.

Un día, en una pequeña aldea, vivía un niño llamado Tomás. Tomás era un niño curioso y aventurero, pero a veces se metía en problemas por no escuchar a sus padres. Lucián observaba desde el cielo y decidió visitar a Tomás en sus sueños para darle un consejo. -Tomás, debes aprender a escuchar a tus padres, ellos siempre quieren lo mejor para ti. Recuerda que siempre estaré a tu lado para cuidarte y protegerte- dijo el ángel con ternura. Desde ese día, Tomás comenzó a reflexionar sobre la importancia de escuchar a sus padres, y su vida mejoró notablemente.

Pero un día, una oscura sombra amenazó la aldea de Tomás. Un ladrón astuto se acercaba a robar la luz de la esperanza de los habitantes. Lucián descendió del cielo y, con valentía, enfrentó al ladrón. -No permitiré que hagas daño a estos niños. Mi misión es protegerlos y cuidarlos- exclamó el ángel con determinación. Con su luz resplandeciente, logró ahuyentar al ladrón y devolver la paz a la aldea. Los niños lo miraban maravillados, agradecidos por la valentía de su ángel guardián.

A partir de ese día, Lucián se convirtió en un ejemplo para todos los niños, recordándoles que siempre habría alguien cuidándolos y guiándolos en los momentos difíciles. Y así, el ángel guardián continuó protegiendo a los niños de todo el mundo, sembrando amor, esperanza y protección en sus corazones.

FIN.

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