El angelito de Juanito


Había una vez un niño llamado Juanito, que vivía en una pequeña casa con su mamá y su papá. Juanito era un niño muy curioso y aventurero, siempre quería explorar nuevos lugares y descubrir cosas nuevas.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, se cayó de un árbol y se lastimó la pierna. A pesar del dolor, Juanito se levantó y siguió jugando como si nada hubiera pasado.

Esa noche, cuando estaba acostado en su cama, sintió una presencia extraña a su alrededor. De repente, apareció frente a él un pequeño ángel con alas blancas y brillantes. "- Hola Juanito -dijo el angelito-. Soy tu angelito de la guarda.

"Juanito no podía creer lo que veía. Nunca antes había visto a un ángel de verdad. "- ¿Un ángel? -preguntó Juanito sorprendido- ¿Qué haces aquí?""- Vine para cuidarte -respondió el angelito-.

Vi cómo te lastimaste hoy en el parque y quiero asegurarme de que estés bien. "Juanito sonrió. Le gustaba la idea de tener un angelito cuidándolo todo el tiempo.

A partir de ese momento, el angelito comenzó a acompañarlo a todas partes: al colegio, al parque e incluso cuando iba a dormir por las noches.

Al principio Juanito pensaba que era divertido tener un amigo invisible que lo seguía a todas partes pero luego empezó a sentirse incómodo porque sentía que no podía hacer nada sin ser observado por alguien más. Un día mientras caminaban hacia la escuela, el angelito le dijo:"- Juanito, sé que a veces te sientes incómodo con mi presencia pero quiero que sepas que estoy aquí para ayudarte y protegerte.

Si alguna vez te encuentras en peligro o necesitas ayuda, solo tienes que pedirla. "Juanito se sintió reconfortado por las palabras del angelito y decidió confiar en él.

Pero un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, un perro enorme apareció de la nada y comenzó a perseguirlos. Juanito estaba asustado y no sabía qué hacer. Entonces recordó las palabras del angelito: "Si alguna vez necesitas ayuda, solo tienes que pedirla".

Así que cerró los ojos y pidió ayuda al angelito. De repente, el perro se detuvo en seco y comenzó a ladrar hacia otro lado. Los niños corrieron hacia sus casas sin mirar atrás.

Cuando Juanito llegó a su casa esa noche, encontró al angelito sentado en su cama esperándolo. "- ¿Cómo lo hiciste? -preguntó Juanito sorprendido- ¿Por qué el perro dejó de perseguirnos?"El angelito sonrió: "- Eso es lo que hago -dijo-. Estoy aquí para cuidarte y protegerte de cualquier peligro.

"Desde ese día en adelante, Juanito aprendió a confiar plenamente en su angelito de la guarda. Sabía que siempre estaría allí para ayudarlo cuando lo necesitara. Y así fue como Juanito descubrió la magia del amor incondicional y la protección divina.

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