El Anillo de la Valentía
Había una vez una princesa llamada Sofía que vivía en un gran castillo rodeado de jardines y bosques encantados. Sofía era muy hermosa, pero también muy miedosa.
Tenía miedo de todo: de las arañas, de los ruidos fuertes, incluso tenía miedo a salir del castillo. Un día, mientras jugaba en su habitación con sus muñecas favoritas, encontró un anillo brillante debajo de la cama.
Al ponerse el anillo en el dedo, escuchó una voz dulce que le dijo:- Princesa Sofía, este anillo te dará la valentía que necesitas para enfrentar tus miedos. Sofía se sintió muy emocionada y decidió probar si el anillo funcionaba. Salió al jardín del castillo y vio un carruaje esperando por ella.
- ¿Te gustaría dar un paseo en mi carruaje? - preguntó el cochero. Sofía quería decir que sí, pero su miedo se lo impedía. Entonces recordó el anillo y lo tocó con su otro dedo libre.
- ¡Claro! Me encantaría dar un paseo - respondió con seguridad. El viaje fue maravilloso y Sofía se dio cuenta de que no había nada que temer fuera del castillo.
Pero cuando regresaron al castillo algo extraño ocurrió: todos los sirvientes habían desaparecido y la puerta principal estaba cerrada con llave. - ¿Qué vamos a hacer? Estamos atrapadas aquí - dijo Sofia asustada. Pero entonces recordó nuevamente su anillo y lo tocó con su dedo libre.
De repente, una idea brillante cruzó por su mente. - ¡Tengo una idea! Vamos a buscar la llave en el jardín del castillo - dijo con determinación.
Así que las dos se dirigieron al jardín y después de buscar por un rato, encontraron la llave debajo de un arbusto. Sofía estaba muy feliz de haber encontrado la solución y decidió que ya no tenía que tener miedo nunca más. Desde ese día, Sofía se convirtió en una princesa valiente y decidida.
Salía del castillo todos los días para explorar el bosque encantado o ayudar a las personas necesitadas en su reino. Y siempre llevaba consigo su anillo mágico para recordarse a sí misma que podía superar cualquier obstáculo.
Y así fue como la princesa Sofía aprendió que la valentía no es algo innato, sino algo que se puede cultivar con el tiempo y la práctica. Y tú también puedes hacerlo si te lo propones.
FIN.