El Año Mágico de la Escuela

Era el inicio del ciclo escolar y la emoción se respiraba en el aire. Los compañeros de la Escuela Primaria ‘El Saber’ estaban ansiosos por reencontrarse después de las vacaciones. Entre risas y abrazos, los chicos se reunieron en el patio.

"¡Hola, Briana! ¿Cómo pasaste tus vacaciones?" - preguntó Alondra, con una sonrisa radiante.

"¡Genial! Fui a la playa con mi familia. ¿Y vos?" - respondió Briana.

Alumnos y docentes se acogieron con alegría. La profesora Claudia, siempre entusiasta, hizo una entrada triunfal.

"¡Buenos días, mis queridos alumnos! Hoy es un día muy especial porque comenzamos un nuevo año lleno de aventuras. Espero que estén listos para aprender y disfrutar juntos", dijo.

La profesora Claudia les contó sobre el escuadrón de “Policías Escolares”. Era un grupo de estudiantes que ayudaría a mantener la seguridad y el orden en la escuela. Cuando terminó de explicar, pidió voluntarios.

"Me encantaría ser parte de eso, profe" - dijo Alondra con determinación.

"¡Yo también!" - exclamó Briana.

"Yo no tengo miedo, quiero ser policía escolar" - añadió uno de los chicos de la clase.

Claudia sonrió y sugirió que todos hicieran una votación.

Una semana después, el resultado fue sorprendente.

"La nueva policía escolar será… ¡Briana!" – anunció emocionada la profesora.

Briana no podía creerlo.

"¡Vaya, gracias!" - dijo, sintiendo que el corazón le daba un salto.

Así comenzó su aventura como policía escolar. Con un gorro y un silbato, Briana se sintió poderosa. Supervisó el recreo más de una vez, asegurándose de que no ocurriera ningún accidente.

Un día soleado, mientras cuidaba a sus compañeros en el patio, ocurrió algo inesperado. Un grupo de chicos estaba jugando a la pelota y, sin querer, la pelota aterrizó en el arbusto donde se encontraban unas ardillas jugando. Al ver esto, los chicos comenzaron a correr hacia el arbusto, asustando a las ardillas.

"¡No! ¡Esperen!" - gritó Briana, saliendo corriendo hacia ellos.

"¿Qué pasa?" - preguntó un compañero preocupado.

"Estamos asustando a las ardillas. Vamos a dejar que sigan jugando tranquillas" - explicó.

Los chicos se detuvieron y asintieron, entendiendo el mensaje.

"Tenés razón, Briana. Vamos a jugar a otro lado" - dijo uno de ellos.

Así, los niños aprendieron a cuidar de sus compañeros y de la naturaleza. Briana quedó emocionada de ver que sus actos habían causado un cambio positivo.

El año continuó lleno de experiencias nuevas, como el festejo del Día de la Madre. Los niños prepararon una sorpresa.

"Chicos, tenemos que hacer algo mágico para nuestras mamás" - propuso Claudia.

"Puedo hacer una tarjeta de papel" - sugirió Alondra, mientras leía su libro de manualidades.

"Y yo puedo cantar una canción para ellas" - aportó Alondra.

Finalmente, el día llegó. Las mamás de los chicos fueron invitadas a la escuela, donde los recibieron con flores, canciones y un delicioso almuerzo.

"¡Gracias, chicos!" - dijo la mamá de Briana, emocionada.

El Día del Padre se acercaba y tenían otra sorpresa en mente. Esta vez, un concurso de dibujo.

"Yo voy a hacer un dibujo de mi papá jugando al fútbol" - dijo Alondra.

"Y yo un retrato de él pescando" - respondió Briana.

Ambos padres se quedaron maravillados con los dibujos de sus hijos y se sintieron muy amados.

Para el aniversario del colegio, se organizó una gran fiesta con juegos y actividades. Todos los alumnos trabajaron en equipo.

"Yo traigo el balón de fútbol" - dijo uno.

"Y yo me encargo de la música" - añadió otro.

"Y yo haré el cartel de bienvenida" - exclamó Briana.

El festín fue un gran éxito. Todos bailaron, jugaron y compartieron momentos inolvidables.

Por último, el colegio organizó un paseo al parque de la familia. Todos fueron con sus familias y disfrutaron de un día a pleno aire libre, jugando en la naturaleza, haciendo picnics y riendo.

"¡Qué año tan increíble hemos tenido!" - exclamó Alondra.

"Sí, aprendimos mucho y vivimos aventuras que nunca olvidaré" - añadió Briana.

Y así, entre risas, juegos y aprendizajes, los chicos cerraron un año lleno de magia en su colegio, con la certeza de que el próximo sería aún más especial.