El aprendizaje de Lucas
Había una vez en el bullicioso centro de Hong Kong, un niño huérfano llamado Lucas. Vivía solo en las calles y para sobrevivir se veía obligado a robar comida y objetos pequeños en el mercado negro.
Con el tiempo, Lucas se volvió más astuto y audaz, realizando robos cada vez más complicados. Un día, mientras intentaba llevarse un bolso lleno de frutas exóticas de un puesto ambulante, alguien lo detuvo con firmeza.
Era un anciano con una mirada cálida y sabia que le dijo: "¿Sabes que hay otras formas de conseguir lo que necesitas sin lastimar a nadie?". Lucas quedó sorprendido por las palabras del anciano y decidió escucharlo.
"¿Quién eres tú?", preguntó Lucas con curiosidad. "Me llamo Señor Chen. He visto cómo has estado viviendo y creo que mereces una oportunidad diferente en la vida", respondió el anciano amablemente.
Señor Chen llevó a Lucas a su humilde hogar donde le enseñó diferentes oficios como reparar bicicletas y vender flores en la calle. Aunque al principio le costaba adaptarse a esta nueva forma de vida, poco a poco fue descubriendo lo gratificante que era trabajar honradamente y ayudar a los demás.
Con el tiempo, Lucas se convirtió en un joven trabajador y respetuoso que ganaba dinero de manera honesta. Se dio cuenta de que no necesitaba robar para sobrevivir y que tenía habilidades valiosas para compartir con el mundo.
Un día, mientras vendía flores en la calle, vio a un niño huérfano como él tratando de robar comida de un puesto cercano.
Sin dudarlo, se acercó al niño y le dijo: "Hay otra forma de salir adelante sin tener que robar. Te mostraré cómo hacerlo". Así, Lucas se convirtió en mentor del joven huérfano, enseñándole todo lo que había aprendido gracias a Señor Chen.
Juntos formaron un equipo imparable, ayudando a otros niños necesitados a encontrar su camino hacia una vida mejor. Y así fue como Lucas pasó de ser un niño ladrón en las calles de Hong Kong a convertirse en un ejemplo de bondad y superación para todos los que lo conocían.
Siempre recordaría las palabras sabias del buen Señor Chen: "La verdadera riqueza está en vivir con integridad y generosidad".
FIN.