El aprendizaje de Roberto Carlos


Había una vez un rato llamado Roberto Carlos, que se creía el mejor de todos los ratos del vecindario. Él siempre estaba buscando problemas y haciendo travesuras a sus amigos y vecinos.

Un día, Roberto Carlos se metió en problemas con unos usureros que habían llegado al barrio. Ellos querían dinero de todos los animales del vecindario, incluyendo a Roberto Carlos. Pero él se negó a pagar y comenzaron a pelear.

Después de la pelea, Roberto Carlos se dio cuenta de que había cometido un error muy grave al meterse con los usureros. Se sintió avergonzado por su comportamiento travieso y traicionero. Decidió pedir ayuda a sus amigos para solucionar el problema.

Fue entonces cuando descubrió que la amistad es mucho más valiosa que cualquier cosa material. "Lo siento mucho por todo lo que hice", dijo Roberto Carlos arrepentido. "Quiero hacer las paces con ustedes".

Sus amigos lo perdonaron y juntos idearon un plan para pagarle a los usureros sin tener que entregar todo su dinero. Roberto Carlos aprendió una lección muy importante: no hay nada más valioso que la amistad verdadera.

A partir de ese momento, prometió ser un rato mejor y nunca volver a meterse en problemas por su comportamiento travieso e imprudente. Y así, gracias al poder de la amistad y la solidaridad entre vecinos, el barrio volvió a estar en paz nuevamente.

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