El aprendizaje mágico de Rufino


Había una vez en la selva un cocodrilo llamado Rufino. Un día, mientras exploraba cerca de un río, encontró una brillante bola mágica entre las ramas de un árbol.

Sin pensarlo dos veces, se la tragó de un solo bocado. Al instante, Rufino sintió una extraña energía recorrer su cuerpo. ¡Tenía poderes increíbles! Podía lanzar rayos tóxicos por los ojos y crecer hasta convertirse en un gigante temible.

Emocionado por sus nuevos dones, decidió mostrarlos a todos en la ciudad vecina. Al llegar a la ciudad, Rufino desató su furia sin control. Disparaba rayos tóxicos hacia los edificios y asustaba a todos con su tamaño imponente. La gente corría despavorida mientras él reía malévolamente.

-¡Soy el más poderoso de todos! ¡Nadie puede detenerme! -gritaba Rufino con arrogancia. Pero lo que no esperaba el cocodrilo era que sus acciones tendrían consecuencias.

La bola mágica estaba corrompiendo su corazón y lo estaba convirtiendo en un ser malvado y solitario. En medio del caos, apareció Lucas, un valiente niño que había escuchado sobre el alboroto causado por el gigante malvado.

Con valentía se acercó a Rufino y le dijo:-¡Detente, Rufino! No necesitas hacer daño para demostrar tu valía. Todos tenemos bondad en nuestro interior. Las palabras de Lucas resonaron en lo más profundo del corazón de Rufino. Por primera vez desde que tenía los poderes de la bola mágica, dudó sobre sus acciones.

Atormentado por lo que había hecho, Rufino se retiró lentamente hacia el río donde había encontrado la bola mágica.

Allí, mirando su reflejo distorsionado por el agua turbia, comprendió la verdad: no importa cuánto poder poseas si pierdes tu esencia y lastimas a otros en el proceso. Con lágrimas en los ojos, Rufino devolvió la bola mágica al lugar donde la encontró y renunció a sus terribles habilidades. Se alejó nadando río abajo con pesar en su corazón.

Lucas lo siguió hasta alcanzarlo y le extendió amistosamente una mano:-¿Quieres ser mi amigo? Juntos podemos descubrir nuevas aventuras sin necesidad de magia oscura ni violencia. Rufino sonrió tímidamente ante esta muestra de bondad genuina y aceptación:-Sí...

Quiero ser tu amigo. Y así comenzaron juntos una nueva historia llena de aprendizaje mutuo, amistad verdadera y aventuras emocionantes donde prevalecían los valores importantes como la empatía y el respeto hacia los demás.

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