El árbol amigo



Había una vez un pequeño pueblo en Entre Ríos, donde la naturaleza era exuberante y las flores florecían todo el año.

En medio de este hermoso paisaje, había un árbol muy especial: un árbol de paraíso con perfume de flores. Este árbol era mágico porque su aroma tenía el poder de curar cualquier dolor emocional que alguien pudiera tener. Las personas del pueblo lo visitaban a menudo cuando se sentían tristes o preocupados por algo.

Un día, llegó al pueblo una niña llamada Sofía. Era tímida y no tenía muchos amigos. Se sentía sola y triste, pero no sabía cómo expresarlo.

Un día, mientras caminaba por el bosque cercano al pueblo, encontró el árbol de paraíso con perfume de flores. Al acercarse a él, sintió su aroma dulce y reconfortante. "Hola Árbol mágico ¿Cómo estás?" -preguntó Sofía tímidamente. "¡Hola Sofía! Estoy bien ¿y tú? No pareces muy feliz"- respondió el árbol con voz amable.

Sofía se sorprendió al escuchar que el Árbol podía hablarle. Pero pronto se dio cuenta de que era un amigo muy especial que estaba dispuesto a escucharla sin juzgarla.

"Estoy triste porque no tengo amigos" -dijo Sofía mientras lágrimas caían por sus mejillas"No sé qué hacer para cambiarlo". El Árbol le habló sobre la importancia de ser uno mismo y encontrar personas que compartan intereses similares. Le recordó que todos somos únicos y especiales a nuestra manera.

"¿Cómo puedo encontrar amigos?" -preguntó Sofía. "Puedes empezar por buscar personas con intereses similares a los tuyos. También puedes unirte a grupos o clubes en el pueblo, donde puedas conocer gente nueva" -respondió el Árbol sabiamente.

Sofía se sintió mejor después de hablar con el Árbol mágico y decidió seguir su consejo. Se unió a un club de lectura en la biblioteca del pueblo y rápidamente hizo nuevos amigos que compartían su amor por los libros.

Con el tiempo, Sofía se convirtió en una persona segura y feliz gracias al árbol mágico y sus nuevos amigos. Siempre visitaba al árbol para darle las gracias por haber sido su amigo cuando más lo necesitaba.

Desde entonces, muchas personas del pueblo aprendieron la importancia de ser uno mismo y no tener miedo de buscar nuevas amistades. Y así, gracias al árbol de paraíso con perfume de flores, todos aprendieron a ser más felices juntos.

FIN.

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