El árbol caído

Era un hermoso día de primavera en el parque de la ciudad. Los niños corrían y jugaban alrededor, disfrutando del sol y del aire fresco.

Entre ellos se encontraba Sofía, una niña curiosa y aventurera que siempre estaba buscando nuevas cosas para explorar. Mientras caminaba por el parque, Sofía vio una hermosa mariposa posada en una flor. Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ella para verla más de cerca.

Pero justo cuando estaba a punto de alcanzarla, la mariposa voló lejos. Sofía no se rindió tan fácilmente. Decidió seguir a la mariposa mientras ésta revoloteaba entre las flores del jardín. Mientras tanto, otros niños se unieron a ella en su búsqueda.

Finalmente lograron atraparla con cuidado en sus manos y admiraron su belleza durante unos minutos antes de dejarla ir libre nuevamente. - ¡Qué linda era! -exclamó uno de los niños- ¿De dónde vendrá? - Probablemente llegó aquí desde algún lugar lejano -respondió Sofía-.

Las mariposas son viajeras incansables. De repente, escucharon un fuerte ruido proveniente del otro lado del parque. Corrieron hacia allí y descubrieron que había ocurrido un accidente: un árbol había caído sobre una parte del sendero principal.

Los adultos estaban preocupados porque temían que alguien resultara herido al intentar pasar por allí. Pero los niños no se dieron por vencidos tan fácilmente. - Podemos ayudar -dijo Sofía-.

Si todos trabajamos juntos, podemos mover el árbol y hacer que el camino sea seguro de nuevo. Así fue como los niños se unieron para mover el árbol. Trabajaron juntos sin descanso, empujando y levantando hasta que finalmente lograron liberar el camino.

Los adultos estaban asombrados por la fuerza y la determinación de los pequeños. - ¡Lo logramos! -gritó uno de los niños emocionado-. Somos unos verdaderos héroes. Sofía sonrió con orgullo mientras miraba a su alrededor.

Habían aprendido una gran lección ese día: si trabajan juntos, pueden superar cualquier obstáculo que se les presente en la vida.

Y así, llenos de energía y felicidad, volvieron a jugar en el parque rodeados de flores y mariposas, sabiendo que siempre podrán contar unos con otros cuando sea necesario.