El Árbol de Invierno y su Navidad Móvil



Había una vez, en un frondoso bosque de la Patagonia argentina, un grupo de árboles muy especiales.

Eran conocidos como "Los Árboles de Invierno", ya que sus hojas se mantenían verdes durante todo el año, incluso en las estaciones más frías. Cada invierno, cuando llegaba la época navideña, los árboles se llenaban de alegría y emoción. Sabían que era una época especial donde las familias se reunían alrededor de ellos para celebrar y compartir momentos únicos.

Un año, mientras los árboles esperaban ansiosos la llegada de las familias para decorarlos con luces y adornos navideños, algo inesperado ocurrió.

Un fuerte viento sopló por el bosque y derribó a uno de los árboles más queridos por todos: Don Pino. Los demás árboles quedaron consternados al ver a su amigo caído en el suelo. Se acercaron rápidamente para ayudarlo y levantarlo, pero Don Pino estaba triste y desanimado.

"No podré volver a ser parte de la Navidad este año", suspiró Don Pino con tristeza. Los demás árboles no sabían qué hacer para animarlo. Entonces, Doña Abeto tuvo una idea brillante. "¡Podemos construirte unas ruedas! Así podrás moverte junto a nosotros durante la Navidad", exclamó emocionada Doña Abeto.

Todos los árboles aplaudieron entusiasmados con la idea. Rápidamente buscaron ramas resistentes y hojas secas para construirle a Don Pino unas ruedas especiales que le permitieran moverse.

Una vez terminadas las ruedas, los árboles ayudaron a Don Pino a colocárselas y pronto estuvo listo para unirse nuevamente a la celebración navideña. La noche de Navidad llegó y las familias se acercaron al bosque con alegría.

Al ver a Don Pino moviéndose entre los demás árboles, todos quedaron sorprendidos y emocionados. "¡Miren! ¡Don Pino está aquí con nosotros!", exclamó un niño sonriente. Las familias se acercaron rápidamente al árbol especial y comenzaron a decorarlo con luces y adornos.

Aunque Don Pino no podía moverse tan rápido como los demás, su espíritu navideño era más fuerte que nunca. La noche continuó llena de risas, música y alegría. Los niños bailaban alrededor de los árboles mientras las familias compartían historias y regalos.

Todos estaban felices de tener a Don Pino nuevamente en la celebración navideña. Al finalizar la noche, cuando todas las familias se marcharon del bosque, los árboles se reunieron para despedirse hasta el próximo año.

Estaban orgullosos de haber encontrado una solución creativa para ayudar a su amigo caído. "Gracias por todo", susurró Don Pino emocionado. "A pesar de mis dificultades, pude ser parte de la Navidad gracias a ustedes".

Los demás árboles sonrieron y abrazaron a Don Pino, recordándole que siempre sería parte de su familia. Juntos, esperaron ansiosos el próximo invierno para volver a celebrar la Navidad y compartir momentos especiales como una verdadera familia de árboles.

FIN.

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