El árbol de la amistad


En un hermoso bosque, vivía un grupo de animalitos muy especiales. Había un conejito llamado Tito, una tortuguita llamada Lila y un pajarito llamado Pepe.

Cada uno vivía en su propia casita, pero siempre se reunían para jugar y pasar tiempo juntos. Un día, mientras paseaban por el bosque, se encontraron con un árbol muy grande y frondoso. El árbol se llamaba Simón y les dio la bienvenida con una gran sonrisa.

Simón les contó que el secreto de su belleza y fortaleza era tener muchas raíces fuertes que lo sostenían y muchos amigos que lo visitaban. Los animalitos quedaron maravillados con las palabras de Simón y decidieron que ellos también querían tener raíces fuertes y muchos amigos.

A partir de ese día, cada uno se comprometió a ser un buen amigo, a escuchar, compartir y ayudarse mutuamente.

Con el tiempo, descubrieron que al construir lazos de amistad, sus corazones se llenaban de alegría y se sentían más fuertes y seguros. Aprender a ser amigos los hizo crecer y ser mejores animalitos cada día. Y así, el bosque se llenó de risas, juegos y amor.

Los animalitos nunca olvidaron la lección del árbol de la amistad y siempre agradecieron a Simón por enseñarles el valor de la verdadera amistad.

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