El árbol de la amistad



Había una vez un niño llamado Vida, que acababa de empezar el primer grado en preescolar. Pasaron meses y Vida, un día, tuvo una caída mientras jugaba en el patio de la escuela.

Una niña le había dicho que empezara a saltar, pero, tristemente, Vida se sintió solo y sin tener a quién contarle lo que le pasaba. Todo inocente, Vida comenzó a cojear. Pero en ese momento, algo mágico sucedió en su alma.

Una voz interna le habló: ‘No estás solo, tu amistad será como un árbol que crece y florece’. Vida se sintió reconfortado por esas palabras y decidió que buscaría amigos con quienes compartir.

Desde entonces, con valentía, Vida se acercó a otros compañeros, compartió sus gustos y ayudó a quienes lo necesitaban. Poco a poco, el círculo de amistades de Vida fue creciendo, como las ramas de un árbol, y él se convirtió en un niño más feliz.

Al final, Vida comprendió que, aunque a veces se sienta solo o triste, siempre habrá alguien dispuesto a ser su amigo y escucharlo. Y así, el árbol de la amistad de Vida siguió creciendo, brindándole calor y compañía en cada etapa de su vida.

FIN.

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