El árbol de la calma
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Serenidad, donde vivían muchos niños felices y juguetones. Uno de ellos se llamaba Lucas, un niño con mucha energía y entusiasmo, pero también con un temperamento fuerte.
Lucas solía enojarse rápidamente cuando las cosas no salían como él quería. A veces, su enojo lo llevaba a tener peleas con sus amigos o a portarse mal en la escuela.
Su profesora, la señorita Laura, siempre trataba de ayudarlo a controlar su ira. Un día, la señorita Laura decidió enseñarles a los niños sobre el poder de la calma. Les contó una historia sobre un árbol mágico que crecía en el bosque encantado cercano al pueblo.
"Había una vez un árbol mágico llamado Tranquilidad", comenzó la profesora. "Este árbol tenía el poder de calmar cualquier sentimiento negativo que tuvieras dentro de ti". Los ojos de los niños se iluminaron con curiosidad mientras escuchaban atentamente.
"Cuando te sientas muy enojado o frustrado", continuó la señorita Laura, "solo tienes que acercarte al árbol y tocarlo con tus manos. Inmediatamente sentirás cómo todo ese enojo desaparece y te llenas de paz".
Lucas estaba intrigado por esta historia y decidió explorar el bosque encantado para encontrar este árbol mágico. Al día siguiente, después del colegio, se aventuró solo hacia el bosque.
Después de caminar por un rato entre árboles altos y arbustos frondosos, Lucas finalmente vio un destello de luz brillante en el horizonte. Se acercó sigilosamente y allí estaba: el árbol mágico Tranquilidad. El árbol era majestuoso y emanaba una sensación de paz. Lucas extendió sus manos y tocó suavemente la corteza del árbol.
En ese momento, sintió una calma instantánea que recorrió todo su cuerpo. "¡Wow!", exclamó Lucas sorprendido. "La señorita Laura tenía razón, este árbol es realmente mágico".
Desde ese día, cada vez que Lucas sentía que su enojo se apoderaba de él, iba al bosque encantado y visitaba al árbol Tranquilidad. A medida que pasaba más tiempo con el árbol, aprendió a controlar su ira de manera positiva.
Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque del pueblo, uno de ellos accidentalmente rompió su juguete favorito. Antes de que su enojo lo dominara por completo, recordó las enseñanzas del árbol Tranquilidad.
En lugar de enfadarse o pelear con su amigo, respiró profundamente y decidió hablar sobre cómo se sentía sin gritar ni hacer rabietas. —"Amigo" , dijo Lucas calmadamente, "me siento triste porque mi juguete se rompió. Pero sé que fue un accidente y no lo hiciste a propósito".
Sus amigos quedaron sorprendidos por la reacción tranquila de Lucas e inmediatamente le pidieron disculpas por lo ocurrido. A partir de ese día, Lucas se convirtió en un ejemplo para sus amigos.
Les enseñó sobre la importancia de controlar el enojo y encontrar soluciones pacíficas a los problemas. Lucas y sus amigos aprendieron que todos podemos sentir enojo, pero es importante saber cómo manejarlo de manera positiva.
Juntos, crearon un club llamado "Los Amigos Tranquilos", donde compartían estrategias para mantener la calma y resolver conflictos sin violencia. Desde entonces, Villa Serenidad se convirtió en un lugar pacífico y armonioso gracias a la lección que Lucas y sus amigos habían aprendido del árbol mágico Tranquilidad.
Y así, cada vez que alguien necesitaba encontrar calma en medio del caos, solo tenía que recordar las palabras de la señorita Laura: "El poder de la calma siempre está dentro de ti".
FIN.