El árbol de la felicidad



En un pequeño pueblo rodeado de verdes prados y altas montañas, vivía una niña llamada Valentina. Valentina era una niña curiosa, risueña y llena de energía. Un día, mientras paseaba por el bosque, descubrió un árbol muy peculiar.

Sus hojas brillaban de colores brillantes y desprendían un suave resplandor. El tronco del árbol emanaba una cálida sensación que llenaba el corazón de Valentina de alegría.

Intrigada, la niña se acercó al árbol y escuchó una melodiosa voz que le susurraba al oído: '-¡Hola, Valentina! Soy el árbol de la felicidad y estoy aquí para compartir mi alegría contigo.' Valentina no podía creer lo que estaba escuchando, pero se sentía tan feliz que decidió pasar más tiempo junto al árbol.

Desde ese día, Valentina visitaba al árbol regularmente y compartía sus preocupaciones, alegrías y descubrimientos con él. El árbol siempre la escuchaba con cariño y le brindaba palabras de ánimo y sabiduría.

Con el tiempo, Valentina se dio cuenta de que la verdadera felicidad reside en compartir momentos especiales con quienes más quieres, en disfrutar de las pequeñas cosas de la vida y en ser agradecido por lo que se tiene.

Las palabras del árbol de la felicidad se convirtieron en su guía, y ella se esforzaba por ser amable con los demás, por descubrir la belleza en todo lo que la rodeaba y por vivir cada día con gratitud.

Su actitud positiva y su corazón generoso inspiraron a todos en el pueblo, quienes encontraron en Valentina un ejemplo a seguir.

El árbol de la felicidad, feliz de haber ayudado a Valentina a encontrar la verdadera felicidad, siguió iluminando el bosque con su brillo cálido y extendiendo su amor a todos los que se acercaban a él.

FIN.

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