El árbol de las maravillas



Había una vez un árbol mágico en medio del bosque encantado que tenía ramas muy especiales. Cada una de esas ramas guardaba una historia de fantasía diferente: dragones y princesas, piratas, brujas y dinosaurios.

Y todos los niños del pueblo sabían que podían acudir al árbol para escuchar las maravillosas aventuras que allí se contaban. Un día, tres amiguitos de 6 años llamados Martina, Tomás y Valeria decidieron ir juntos al árbol mágico para escuchar una historia.

Martina quería saber más sobre los dragones y princesas, Tomás estaba emocionado por conocer las historias de piratas, y Valeria estaba ansiosa por descubrir el mundo de las brujas.

Al llegar al árbol mágico, cada uno eligió una rama distinta para escuchar la historia que más les llamaba la atención. Martina se sentó bajo la rama de los dragones y princesas, Tomás bajo la rama de los piratas y Valeria bajo la rama de las brujas.

Y así comenzaron a sumergirse en un mundo lleno de magia e imaginación. "Érase una vez en un reino lejano una valiente princesa que debía rescatar a su amigo el dragón...

" - narraba la voz suave que salía de la rama donde Martina estaba sentada. "¡Arghh! ¡Preparen los cañones! ¡Los piratas están llegando!" - se escuchaba gritar desde la rama donde Tomás había elegido quedarse.

"Con sus pociones mágicas y su escoba voladora, la bruja logró salvar el bosque encantado de la oscuridad... " - resonaba en el aire alrededor de Valeria mientras escuchaba atentamente. Las horas pasaron volando mientras los tres amigos viajaban con sus mentes a lugares increíbles llenos de aventuras emocionantes.

De repente, un viento fuerte sopló a través del bosque y todas las ramas del árbol comenzaron a moverse inquietamente. "¡Cuidado chicos! ¡Los dinosaurios están despertando en la otra rama!" - gritó una voz desconocida desde lo alto del árbol.

Sin pensarlo dos veces, Martina, Tomás y Valeria corrieron hacia la cuarta rama donde estaban los dinosaurios. Allí encontraron huevos gigantes a punto de eclosionar y pequeños dinosaurios curiosos explorando su nuevo mundo.

"¡Hola amiguitos humanos! ¿Quieren jugar con nosotros?" - dijo un simpático dinosaurio bebé mientras extendía su garrita hacia ellos. Y así fue como Martina, Tomás y Valeria hicieron nuevos amigos entre los dinosaurios mientras vivían otra emocionante aventura en aquel día tan especial.

Al finalizar el día, con el sol poniéndose detrás del horizonte dorado, los tres amiguitos regresaron a casa con corazones llenos de alegría y sueños maravillosos.

Sabían que siempre podrían volver al árbol mágico para seguir explorando nuevos mundos fantásticos juntos. Y colorín colorado este cuento ha terminado... pero en el bosque encantado siempre habrá nuevas historias esperando ser descubiertas por aquellos que creen en la magia y en la amistad verdadera.

FIN.

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