El Árbol de las Sonrisas



Había una vez en un jardín muy especial, donde los niños y niñas jugaban y aprendían cada día.

Pero un día algo extraño sucedió: todos los niños comenzaron a llorar, pero no de tristeza, ¡sino de felicidad! La señorita Rosa, la maestra del jardín, se sorprendió al ver a todos sus pequeños alumnos con lágrimas en los ojos. Se acercó a uno de ellos, Tomás, y le preguntó preocupada: "¿Por qué lloras, Tomás?".

Él le respondió con una sonrisa entre lágrimas: "-Es que estoy tan feliz que no puedo contenerme". La señorita Rosa se alegró al escuchar esas palabras y decidió investigar más sobre lo que estaba pasando.

Fue entonces cuando descubrió que en el centro del jardín había crecido un árbol mágico, cuyas hojas desprendían un polvo brillante que provocaba una felicidad inmensa en todo aquel que lo inhalara. Los niños se acercaban al árbol mágico y jugaban alegremente bajo su sombra.

Reían, cantaban y compartían momentos inolvidables. La señorita Rosa observaba emocionada cómo la magia del árbol transformaba las lágrimas en sonrisas radiantes.

Pero un día llegó al jardín una niña nueva llamada Sofía, quien no podía contener su tristeza por haber dejado su antiguo hogar. Los demás niños intentaron animarla con juegos y canciones, pero nada parecía funcionar. Fue entonces cuando la señorita Rosa tuvo una idea.

Se acercó a Sofía y le dijo cariñosamente: "-Ven conmigo, tengo algo especial para mostrarte". La llevó hasta el árbol mágico y le explicó sobre su poder para hacer feliz a quienes estuvieran cerca de él.

Sofía miraba asombrada las brillantes hojas del árbol y decidió probar por sí misma. Inhaló profundamente el aroma dulce del polvo mágico y poco a poco sintió cómo la tristeza abandonaba su corazón para dar paso a una cálida sensación de alegría.

Entonces, empezó a reír junto con los demás niños mientras jugaban bajo el árbol mágico. Desde ese día, Sofía se convirtió en una más del grupo, disfrutando cada momento en el jardín junto a sus nuevos amigos.

Y así, gracias al poder del árbol mágico, todos los niños aprendieron que incluso en los momentos difíciles siempre hay lugar para la felicidad si se comparte con amor y amistad. Y colorín colorado este cuento ha terminado, con risas sinceras y corazones iluminados.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!