El árbol de los abrazos perdidos

Había una vez en un pequeño pueblo, una familia conformada por Mamá Paloma, Papá Pedro y su pequeño hijo Pablo.

Mamá Paloma era cariñosa y siempre buscaba dar abrazos y besos a su hijo, pero Papá Pedro, por otro lado, parecía siempre ocupado y evitaba las muestras de afecto. Esto generaba confusión en Pablo, quien anhelaba el cariño de su papá.

Un día, Pablo decidió explorar el bosque que rodeaba su casa, en busca de respuestas sobre la falta de afecto de su papá.

En su aventura, conoció a un sabio búho que le habló del árbol de los abrazos perdidos, un árbol mágico que ayudaba a las personas a entender el valor del afecto y la importancia de expresar sus emociones. Pablo se dispuso a encontrar este árbol y, tras superar varios desafíos, finalmente lo halló.

El árbol, con su sabiduría, le explicó a Pablo que cada persona expresa el amor de manera distinta, y que a veces las personas tienen miedo a mostrar sus sentimientos. Pablo retornó a casa con un mensaje para su papá y, con valentía, le dijo: