El Árbol de los Deseos
En un pequeño pueblo de Argentina, vivía una niña llamada Lola, cuya mayor ilusión era volar como un pájaro.
Todos los días, ella se sentaba bajo un frondoso árbol y observaba con envidia a los pájaros que volaban libremente por el cielo. Un día, mientras Lola se encontraba en su lugar favorito, escuchó un suave murmullo proveniente del árbol. Al acercarse, descubrió que se trataba de un pequeño duende llamado Tito.
- ¡Hola, Lola! Soy Tito, el guardián de este árbol mágico. ¿Cuál es tu deseo más anhelado? - preguntó el duende. Sin dudarlo, Lola respondió: - Me encantaría poder volar como los pájaros.
Tito sonrió y le explicó que el árbol de los deseos podía conceder cualquier deseo, pero debía realizarse un acto de bondad para activar su magia. Lola decidió ayudar a los más necesitados del pueblo, repartiendo comida y ropa a aquellos que lo requerían. Con cada acto de generosidad, el árbol brillaba con más intensidad.
Un día, un anciano le pidió a Lola que le ayudara a cruzar la calle, y sin dudarlo, ella corrió a su encuentro.
En ese preciso momento, el árbol empezó a brillar con una luz deslumbrante, y de repente, Lola se vio envuelta en un torbellino mágico que la transportó por los aires. ¡Estaba volando! Sintió la brisa acariciando su rostro y observó maravillada el mundo desde las alturas. Al llegar al suelo, Lola y Tito celebraron la realización del deseo.
A partir de ese día, Lola siguió ayudando a los demás y compartiendo la magia del árbol de los deseos con aquellos que lo necesitaban.
FIN.