El árbol de los deseos


Una secuencia didáctica del cuento "El árbol mágico": Objetivo: Desarrollar la imaginación y la creatividad de los niños, así como fomentar el amor por la naturaleza.

Duración: 3 sesionesSesión 1:- Presentar a los niños el cuento "El árbol mágico" mediante una lectura en voz alta. - Mostrar imágenes del cuento para que los niños puedan visualizar mejor la historia. - Realizar preguntas sobre el cuento para asegurarse de que comprenden la trama y los personajes.

Sesión 2:- Pedir a los niños que dibujen su propio árbol mágico utilizando colores vivos y brillantes. - Fomentar la expresión oral, pidiendo a cada niño que describa su árbol mágico y qué cosas especiales tiene.

- Organizar un juego de roles donde algunos niños representen a los personajes del cuento. Los demás pueden ser espectadores o participar como otros elementos de la naturaleza (pájaros, flores, etc. ). Sesión 3:- Invitar a los niños a crear una historia adicional al cuento original.

Pueden utilizar sus dibujos como inspiración. - Fomentar la colaboración grupal para crear una historia colectiva donde cada niño añada una parte. - Al finalizar, leer en voz alta la nueva historia creada por ellos mismos.

Cuento "El árbol mágico": Había una vez un hermoso jardín donde se encontraba un viejo árbol solitario. Este no era un árbol común y corriente, ¡era un árbol mágico! Sus ramas eran de colores brillantes y sus hojas parecían pequeños cristales.

Un día, una niña llamada Sofía decidió explorar el jardín y se encontró con el árbol mágico. Al acercarse, escuchó una voz suave que le dijo: "Sofía, soy el árbol mágico.

Tengo un poder especial para hacer realidad tus deseos más profundos". Sorprendida pero emocionada, Sofía pensó en un deseo muy importante para ella: quería tener un amigo con quien jugar todos los días.

El árbol mágico sonrió y movió sus ramas, ¡y en ese instante apareció un simpático conejito! Desde ese día, Sofía y el conejito se hicieron inseparables. Juntos saltaban por el jardín, subían a los árboles y descubrían nuevos lugares llenos de aventuras.

Pero un día, Sofía notó que las hojas del árbol mágico comenzaron a perder su brillo y sus ramas se volvieron débiles. Preocupada por su amigo, le preguntó al árbol qué le pasaba.

El árbol mágico explicó que había utilizado mucha energía para hacer realidad los deseos de Sofía y necesitaba que ella lo ayudara a recuperarse. Le pidió que cada vez que visitara el jardín trajera consigo una jarra llena de agua fresca para regarlo. Desde aquel momento, Sofía cuidó del árbol mágico como si fuera su tesoro más preciado.

Regaba sus raíces todas las semanas e incluso le cantaba canciones para alegrarlo. Con el tiempo, el árbol mágico volvió a estar lleno de vida y sus hojas recuperaron su brillo.

Sofía aprendió que la amistad y el cuidado son fundamentales para mantener viva la magia en nuestras vidas. Y así, Sofía y el árbol mágico siguieron siendo amigos inseparables, compartiendo aventuras y creando nuevos sueños juntos.

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