El árbol de los deseos creativos



Había una vez en un lejano pueblo, dos amigos llamados Juan y Pancho, a quienes les encantaba rimar y cantar.

Todos los días se reunían en la plaza principal para improvisar versos y hacer reír a todos los vecinos con sus ocurrencias. Un día, mientras paseaban por el bosque cercano al pueblo, descubrieron un árbol mágico que tenía la capacidad de conceder deseos a aquellos que supieran rimar correctamente.

Emocionados por esta maravillosa sorpresa, decidieron probar suerte y pedir un deseo cada uno. "Quiero ser el mejor bailarín del mundo", dijo Juan con entusiasmo. "Y yo quiero ser el más sabio de todos", expresó Pancho con determinación.

El árbol mágico comenzó a brillar intensamente y una voz misteriosa les dijo:"Para que sus deseos se cumplan, deberán superar tres desafíos que pondrán a prueba su creatividad y trabajo en equipo". Juan y Pancho aceptaron el reto sin dudarlo y se adentraron en el bosque en busca del primer desafío.

Se encontraron frente a un río caudaloso que debían cruzar para avanzar. "¡Rimemos juntos para encontrar la solución!", exclamó Juan emocionado.

Después de pensar un momento, Pancho empezó:"En este río tan ancho, busquemos algo para hacer puente, quizás con ramas o troncos podamos cruzarlo, y así continuar nuestra misión pendiente". Con ingenio y trabajo en equipo lograron construir un puente improvisado que les permitió avanzar hacia el segundo desafío: una cueva oscura llena de acertijos.

"Aquí necesitaremos usar nuestras mentes más agudas", sugirió Pancho. "¡Claro! Juntos somos imparables", respondió Juan confiado. Resolvieron uno tras otro los acertijos gracias a su astucia e inteligencia compartida. Finalmente llegaron al último desafío: una montaña empinada que debían escalar para llegar al ansiado premio.

"Nos espera lo más difícil hasta ahora, pero juntos podemos lograrlo", afirmó Juan animando a su amigo. Pancho asintió con determinación y comenzaron la ascensión enfrentando obstáculos cada vez más difíciles.

Al llegar a la cima, fueron recibidos por una luz resplandeciente que iluminaba todo el bosque. El árbol mágico apareció ante ellos y les dijo:"Han demostrado valentía, creatividad y trabajo en equipo. Como recompensa, sus deseos se harán realidad".

De repente, Juan sintió como sus pies empezaban a moverse solos al ritmo de la música celestial que resonaba en el bosque.

¡Se había convertido en el mejor bailarín del mundo! Por otro lado, Pancho notó cómo su mente se llenaba de conocimiento infinito sobre todas las cosas. ¡Se había convertido en el más sabio de todos! Felices por haber superado juntos los desafíos, decidieron regresar al pueblo para compartir con todos su increíble aventura.

Desde ese día, Juan y Pancho siguieron siendo inseparables, inspirando a todos con su amistad inquebrantable basada en la confianza mutua y la colaboración constante.

FIN.

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