El árbol de los deseos


Había una vez, en un bosque mágico, dos hermanas muy diferentes pero que se querían con todo su corazón. Elisa era una dinosaurio amante de la aventura y Margarita una unicornio soñadora y creativa.

Un día, mientras jugaban juntas en el bosque, encontraron un árbol gigante que parecía esconder algo especial. Al acercarse para investigar, descubrieron que había un pequeño pájaro atrapado entre las ramas. "Tenemos que ayudarlo", dijo Elisa sin dudarlo ni un segundo.

Margarita estaba asustada porque no sabía cómo llegar hasta allí arriba pero su hermana le dio ánimo y juntas lograron salvar al pájaro.

"¡Gracias por ayudarme! Soy el guardián del bosque y les concederé un deseo a cada una", dijo el pájaro emocionado. Elisa no lo pensó dos veces y pidió tener alas para poder volar como los pájaros. Margarita por otro lado deseaba tener la habilidad de curar cualquier enfermedad o herida.

El guardián del bosque les concedió sus deseos y ambas quedaron maravilladas al ver lo que habían obtenido. "Ahora sí puedo explorar lugares nuevos", exclamó Elisa levantando vuelo.

"Y yo podré ayudar a todos los seres vivos en el bosque", dijo Margarita con lágrimas de felicidad en los ojos. Pero pronto las hermanas descubrieron que sus nuevos dones venían acompañados de responsabilidades. Mientras Elisa volaba sobre el bosque se dio cuenta de que había peligros en el aire que antes no veía.

Y Margarita, al tratar de curar a un animal herido, se dio cuenta de que no siempre era fácil sanarlo completamente. "¿Qué hacemos ahora?", preguntó Margarita preocupada.

"Tenemos que aprender a utilizar nuestros nuevos dones y trabajar juntas para ayudarnos mutuamente", respondió Elisa con una sonrisa. Así comenzaron a trabajar juntas, compartiendo sus conocimientos y habilidades para cuidar del bosque y de todos sus habitantes.

Y aunque hubo momentos difíciles, siempre encontraban la manera de superarlos gracias a su amor y dedicación por el otro. Con el tiempo, las hermanas se convirtieron en las protectoras del bosque mágico y eran queridas por todos los seres vivos que allí habitaban.

Juntas habían demostrado que la diversidad es algo maravilloso y que cuando trabajamos juntos podemos lograr cosas increíbles. Y así termina esta historia sobre Elisa la dinosaurio aventurera y Margarita la unicornio soñadora, dos hermanas muy diferentes pero con un vínculo indestructible basado en el amor y la colaboración.

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