El árbol de los sueños


Había una vez en un pequeño pueblo un niño llamado Mateo, quien soñaba con ser un gran pintor. Sin embargo, Mateo tenía un problema: no tenía un solo lápiz de colores para dibujar.

Un día, mientras paseaba por el parque, encontró un árbol muy especial, el árbol de los sueños. Este árbol tenía la capacidad de hacer realidad los deseos más profundos de las personas.

Mateo, emocionado, se acercó al árbol y le pidió con todo su corazón un estuche de lápices de colores. De repente, el árbol empezó a brillar y, ante sus ojos, apareció un estuche lleno de lápices de colores.

Mateo no podía creerlo, ¡sus sueños se estaban haciendo realidad! -

A partir de ese momento, Mateo pasó horas dibujando y pintando maravillosos paisajes, retratos y criaturas mágicas. La gente del pueblo quedaba asombrada al ver sus obras y su talento se hizo famoso en todas partes.

Pero un día, al regresar al parque, Mateo descubrió que el árbol de los sueños había perdido su brillo y estaba marchitándose. Al acercarse, escuchó una voz suave que le dijo: 'Mi magia está desapareciendo porque no es bueno depender de los deseos para lograr tus sueños.

Debes esforzarte, practicar y trabajar duro para alcanzarlos'. Mateo entendió el mensaje y decidió dedicarse aún más a perfeccionar su arte, tomando clases, practicando todos los días y esforzándose al máximo.

Con el tiempo, se convirtió en un pintor excepcional, y el árbol de los sueños recuperó su brillo, llenando de esperanza y magia a todos los que lo veían.

Desde entonces, Mateo siguió pintando y enseñando a otros niños del pueblo a perseguir sus sueños con esfuerzo y dedicación, recordándoles siempre la lección del árbol de los sueños.

Dirección del Cuentito copiada!