El árbol de los sueños



En un tranquilo pueblo, dos niños llamados Martín y Sofía descubrieron un misterioso lugar llamado el árbol de los sueños. Era un antiguo árbol con hojas brillantes que parecían estrellas.

Una noche, Martín y Sofía decidieron explorar el árbol de los sueños. Al acercarse, escucharon un suave canto que los atrajo hacia él. Al llegar, vieron a una pequeña hada que se encontraba cantando con una voz dulce y melodiosa.

- '¡Hola, soy Aura, la guardiana de este árbol mágico!', anunció la hada. Los niños no podían creer lo que veían y escuchaban. - '¿Qué es este lugar? ¿Por qué tiene hojas brillantes como estrellas?', preguntó curiosa Sofía.

- 'Este es el árbol de los sueños, y cada una de sus hojas es un sueño de los niños. Yo me encargo de cuidarlos para que se cumplan', explicó Aura. Martín y Sofía se quedaron maravillados por la magia que había en ese lugar.

- '¿Podemos pedir un deseo?', preguntó Martín emocionado. - 'Claro, pero recuerden que los deseos deben ser algo que beneficie a todos, no solo a ustedes', les advirtió Aura.

Los niños reflexionaron un momento y finalmente pidieron un deseo: que en su pueblo todos los niños tuvieran acceso a una educación de calidad. Justo en ese momento, una de las hojas del árbol comenzó a brillar con intensidad. - 'Su deseo ha sido escuchado y se cumplirá.

Pero recuerden que las cosas buenas requieren esfuerzo y dedicación', les dijo Aura sonriente. A partir de ese día, Martín, Sofía y muchos otros niños del pueblo trabajaron juntos para lograr que su deseo se hiciera realidad.

Organizaron eventos, recolectaron libros y materiales escolares, e incluso ayudaron a reparar la escuela. Con el tiempo, el pueblo entero se unió en la causa y lograron mejorar la educación para todos los niños.

El árbol de los sueños seguía brillando con la luz de los deseos cumplidos, recordándoles a todos que la magia de los sueños puede convertirse en realidad cuando se trabaja con amor y dedicación.

FIN.

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