El árbol generoso



Había una vez un hermoso árbol en medio de un prado. Este árbol era muy especial, ya que tenía la capacidad de otorgar frutos mágicos a quien lo necesitara.

Un día, un niño llamado Mateo se acercó al árbol y le dijo: "¡Hola, querido árbol! ¿Tendrías la bondad de darme un fruto mágico para salvar a mi aldea de la sequía?" El árbol, con su voz suave y amable, le respondió: "Por supuesto, querido Mateo.

Pero primero, debes prometerme que cuidarás de mí y protegerás mi prado." Mateo prometió cuidar del árbol con todo su corazón y, en agradecimiento, el árbol le otorgó un fruto mágico.

Mateo corrió de vuelta a su aldea y plantó el fruto en el suelo reseco. Al día siguiente, el fruto creció y se convirtió en un árbol gigante que revitalizó todo el prado, trayendo la lluvia y la prosperidad a la aldea de Mateo.

Desde entonces, Mateo y el árbol vivieron en armonía, cuidándose mutuamente y compartiendo la magia de la naturaleza con todos los que lo necesitaban.

FIN.

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