El árbol generoso



En un lejano bosque vivía un árbol muy especial llamado Don Eucalipto. Era conocido por su bondad y generosidad, ya que siempre ayudaba a todos los habitantes del bosque.

Un día, la noticia de su amabilidad llegó a oídos de la leñadora Doña Rosa, quien decidió ir a buscarlo en busca de madera para construir su casa. Al llegar al bosque, se encontró con Don Eucalipto y le pidió que le diera algunas ramas para su hogar.

"¡Por supuesto!" respondió el árbol sin dudarlo. Y así, Doña Rosa obtuvo la madera necesaria para su casa. Meses más tarde, una bandada de pájaros buscaba refugio y comida, pero no encontraban ningún lugar adecuado.

Al enterarse de la situación, Don Eucalipto les ofreció sus ramas para que pudieran construir nidos y refugiarse del frío. Los pájaros le estaban muy agradecidos.

Un día, una familia de zorros hambrientos se acercó al árbol en busca de alimento, y Don Eucalipto les ofreció sus frutos para saciar su hambre. Pronto, la fama de la benevolencia de Don Eucalipto se extendió por todo el bosque, y todos acudían a él en busca de ayuda.

El árbol nunca dudaba en brindar su ayuda a quien lo necesitara, sin importar quién fuera. Al final, el bosque se convirtió en un lugar próspero y lleno de armonía gracias a la generosidad de Don Eucalipto, demostrando que hacer el bien sin mirar a quien trae alegría y prosperidad para todos.

FIN.

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