El árbol generoso



En un hermoso bosque, vivía un pequeño niño llamado Juanito. Todos los días, Juanito iba al bosque a jugar y siempre se detenía junto a un árbol muy especial, el árbol generoso. Este árbol tenía grandes hojas verdes y frondosas ramas que parecían abrazar todo el bosque. Un día, mientras Juanito se entretenía jugando, escuchó una suave voz que le susurraba:

- ¡Hola, querido amiguito! ¿Cómo estás hoy?

Juanito miró alrededor sorprendido, pero no vio a nadie. Entonces, la voz continuó:

- Soy el árbol generoso y he observado cómo disfrutas jugar en mi sombra. Me encanta verte feliz.

Juanito, maravillado, respondió:

- Wow, ¡eres un árbol que habla! Es asombroso.

Así, comenzó una hermosa amistad entre Juanito y el árbol. Todos los días, Juanito le contaba sus alegrías, tristezas y sueños al árbol generoso, quien siempre lo escuchaba con cariño. Un día, Juanito llegó al bosque con una idea en mente: quería organizar un picnic con sus amigos. Sin embargo, al buscar un lugar adecuado, encontró que todo el bosque estaba seco y sin vida. Entonces, recordó al árbol generoso y corrió hacia él.

- ¡Árbol generoso, ayúdame! Necesito un lugar hermoso para el picnic, pero el bosque está tan triste.

El árbol respondió con tristeza:

- Querido Juanito, el bosque ha perdido su alegría porque ha sido descuidado. Pero aún tengo una última semilla que puedo ofrecerte. Tendrás que cuidarla con amor y dedicación para que vuelva a crecer la alegría en este bosque.

Juanito tomó la semilla con determinación y la plantó con mucha atención. Día tras día, la cuidó con cariño, regándola y protegiéndola del sol y el viento. Poco a poco, la semilla comenzó a crecer hasta convertirse en un majestuoso árbol, devolviendo la vida y alegría al bosque.

Gracias a la paciencia y esfuerzo de Juanito, el bosque volvió a ser un lugar mágico, lleno de vida y color. El árbol generoso sonreía al verlo tan feliz. Desde ese día, todos los amigos de Juanito conocieron la importancia de cuidar y respetar la naturaleza. Y el árbol generoso les recordaba a todos que la generosidad y el cuidado pueden traer mucha felicidad a quienes nos rodean.

FIN.

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