El árbol mágico de aventuras



Había una vez tres niñas llamadas Sofía, Valentina y Lucía que vivían en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Un día, las tres amigas decidieron aventurarse en el bosque para explorar y descubrir nuevos tesoros escondidos.

Las niñas caminaban por el sendero del bosque mientras cantaban alegremente. De repente, se encontraron con un árbol mágico que parecía susurrarles al oído. Las tres se acercaron emocionadas y escucharon atentamente.

"Hola queridas niñas", dijo el árbol mágico con su voz suave y melodiosa. "Si quieren encontrar un tesoro especial, deben seguir las pistas que les daré". Las niñas estaban emocionadas y asintieron con entusiasmo.

El árbol mágico les entregó la primera pista: "En lo alto de la montaña verde, encontrarán la llave para abrir la puerta hacia vuestro destino". Sin perder tiempo, las niñas comenzaron a subir la montaña verde con alegría en sus corazones.

Luego de mucho esfuerzo, llegaron a la cima donde encontraron una pequeña cueva escondida detrás de unos arbustos. "¡Aquí está!", exclamó Sofía emocionada mientras sostenía una pequeña llave dorada en sus manos.

Con la llave en su poder, las tres amigas regresaron al árbol mágico quien les entregó la segunda pista: "Bajo el arco iris brillante encontrarán el cofre lleno de sorpresas". Las chicas corrieron hacia el lugar donde solían aparecer arco iris después de la lluvia.

Allí, encontraron un hermoso arco iris que brillaba con colores vivos y alegres. Entre risas y saltos, descubrieron un cofre escondido debajo del arco iris. "¡Miren lo que encontré!", exclamó Valentina mientras mostraba el cofre lleno de juguetes y dulces.

Las niñas se miraron entre sí con ojos brillantes de emoción. Estaban ansiosas por abrir el cofre, pero antes debían regresar al árbol mágico para recibir la última pista. El árbol mágico les dio la última pista: "En el río cristalino encontrarán la sorpresa final".

Las chicas siguieron corriendo hacia el río cercano. Al llegar, vieron algo brillando en el agua transparente. Era una caja musical encantada que emitía una melodía suave y relajante.

"¡Es tan hermosa!", susurró Lucía mientras admiraba la caja musical en sus manos. Las tres amigas se sentaron junto al río y escucharon atentamente la música mágica que salía de la caja. Se sintieron agradecidas por todas las aventuras emocionantes que habían vivido juntas en ese día especial.

Desde aquel día, las niñas siempre recordarían su aventura en el bosque como un tesoro preciado en sus corazones. Juntas aprendieron sobre perseverancia, trabajo en equipo y cómo enfrentar desafíos con alegría y determinación.

Y así, Sofía, Valentina y Lucía continuaron explorando nuevos tesoros escondidos en el bosque, siempre recordando la magia y la amistad que habían encontrado en su camino.

FIN.

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