El árbol mágico de la amistad



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, vivía Emiliana, una niña de cabellos rizados y ojos brillantes. Emiliana era una niña muy curiosa y siempre estaba en busca de aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, se encontró con Carlos, un niño nuevo que había llegado al pueblo. Carlos era alto y tenía el cabello oscuro como la noche.

Tenía una sonrisa encantadora que iluminaba su rostro cuando hablaba con Emiliana. Desde ese momento, Emiliana sintió algo especial por Carlos, pero no sabía cómo expresar sus sentimientos. Los días pasaban y Emiliana y Carlos se volvieron inseparables.

Juntos descubrían nuevos lugares del pueblo: subían a los árboles más altos para ver el atardecer, construían castillos de arena en la playa e incluso buscaban tesoros escondidos en cuevas secretas.

Un día soleado mientras jugaban cerca del río, Carlos le dijo a Emiliana: "Sabes Emi, me gusta mucho pasar tiempo contigo". Al escuchar esas palabras, Emiliana sintió mariposas revoloteando en su estómago. No sabía qué responderle pero decidió ser sincera. "¡Carlos! Yo también siento algo especial cuando estoy contigo", confesó tímidamente Emiliana.

Carlos sonrió ampliamente y tomó la mano de Emiliana. Juntos caminaron hacia un viejo puente sobre el río donde solían sentarse a observar las estrellas por la noche.

"Emi" , dijo Carlos mirando fijamente los ojos de ella "-Me gusta mucho tu compañía y quisiera que siempre estemos juntos". Emiliana se sonrojó y respondió: "Carlos, yo también quiero estar contigo siempre. Eres mi mejor amigo y ahora... también eres algo más". A partir de ese día, Emiliana y Carlos vivieron nuevas aventuras juntos.

Pero no todo fue color de rosa en su historia. Un día, llegaron al pueblo dos niños nuevos llamados Lucas y Martina. Eran muy simpáticos y todos querían ser sus amigos.

Emiliana comenzó a sentir celos cuando vio que Carlos estaba pasando mucho tiempo con Lucas jugando al fútbol en el parque. Ella pensaba que Carlos ya no la quería como antes. Un día, mientras paseaba sola por el bosque, Emiliana encontró un árbol mágico.

Se acercó a él y le confesó sus sentimientos: "Árbol mágico, necesito tu ayuda.

Siento celos de Lucas porque pasa mucho tiempo con Carlos ¿Qué puedo hacer?"El árbol mágico respondió: "Querida Emiliana, los celos son normales pero debes recordar que es importante compartir el tiempo con otras personas también. Habla con Carlos sobre tus sentimientos y verás cómo todo se soluciona".

Animada por las palabras del árbol mágico, Emiliana corrió hacia el parque donde encontró a Carlos jugando con Lucas. —"Carlos" , dijo Emiliana respirando profundamente "-Tengo algo importante que decirte". Carlos dejó de jugar y miró atentamente a Emiliana.

"Me he sentido un poco celosa últimamente porque pasas mucho tiempo con Lucas", admitió Emiliana "-Pero me di cuenta de lo especial que eres para mí, así que quiero que sigamos siendo amigos y compartiendo aventuras juntos". Carlos sonrió y abrazó a Emiliana. "-Emi, eres mi mejor amiga y siempre lo serás. No quiero perderte nunca".

Desde ese día, Emiliana aprendió que los celos no deben afectar las relaciones de amistad o amorosas. Ella entendió la importancia de la comunicación y el valor de compartir momentos con otras personas.

Emiliana y Carlos continuaron viviendo maravillosas aventuras en Villa Esperanza, creando recuerdos inolvidables juntos.

Y así, su amistad se fortaleció aún más con el paso del tiempo, demostrándoles a ellos mismos y a todos los demás que el amor verdadero puede nacer incluso en una pequeña historia de amistad.

FIN.

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