El árbol mágico de los sabores saludables



Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de hermosos árboles, una casa muy especial. Esta casa estaba hecha completamente de dulces: las paredes eran de galletas, el techo de chocolate y las ventanas estaban hechas con caramelos coloridos.

Era la casa más deliciosa que se podía imaginar. En esa casa vivían dos niños llamados Lucas y Sofía junto a sus papás. Ellos eran una familia muy feliz y siempre se divertían juntos.

Sin embargo, tenían un problema: los niños comían demasiados dulces y no les gustaba comer frutas ni verduras.

Un día, mientras jugaban en el jardín cerca del árbol mágico que había al lado de su casa, escucharon una voz suave que decía:- ¡Hola chicos! ¿Quieren descubrir algo increíble? Lucas y Sofía miraron hacia arriba y vieron a un simpático duende sentado en una rama del árbol. - ¡Sí! Queremos descubrir algo increíble -respondieron emocionados los niños.

El duende sonrió y les dijo:- Este árbol mágico tiene el poder de convertir cualquier cosa en realidad. Si desean algo con todas sus fuerzas, solo tienen que pedirlo con amor y respeto.

Los ojos de Lucas brillaron como estrellas mientras pensaba qué podría pedirle al árbol mágico.

Entonces levantó su mano para hacer la pregunta:- Árbol mágico, ¿puedes ayudarnos a comer más frutas y verduras? El árbol respondió con alegría:- ¡Claro que sí! Pero primero, deben prometerme que nunca más comerán tantos dulces y cuidarán de su salud. Lucas y Sofía asintieron con la cabeza, emocionados por el desafío que les esperaba. Desde ese día, comenzaron a aprender sobre los diferentes tipos de frutas y verduras que existían.

Sus papás les mostraban cómo preparar deliciosas ensaladas de colores vivos y batidos nutritivos. Poco a poco, Lucas y Sofía empezaron a disfrutar de las frutas y verduras.

Descubrieron que eran tan sabrosas como los dulces e incluso les daban energía para jugar aún más en el jardín. Un año después, cuando volvieron al árbol mágico para darle las gracias por su ayuda, se sorprendieron al ver una nueva rama creciendo llena de caramelos jugosos. - ¿Qué significa esto? -preguntó Lucas curioso.

El duende apareció nuevamente y explicó:- El árbol mágico premia a aquellos que aprenden a equilibrar sus gustos. Ahora podrán disfrutar de un dulce ocasionalmente sin descuidar su alimentación saludable.

Desde aquel día, Lucas, Sofía y sus papás aprendieron la importancia de llevar una vida equilibrada. Comían frutas y verduras todos los días pero también disfrutaban de un dulce ocasionalmente sin excederse.

Y así fue como esta familia descubrió el secreto para tener una vida sana: amar las frutas y verduras tanto como amaban los dulces. A partir de entonces, enseñaron a otros niños del pueblo lo importante que era cuidar su alimentación mientras se divierten y disfrutan de la vida.

El árbol mágico se convirtió en el símbolo del pueblo, recordándoles a todos que el equilibrio y la moderación son clave para una vida feliz y saludable.

FIN.

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