El árbol mágico de los sueños
viento comenzó a soplar con fuerza y las ramas del árbol se movían de un lado a otro. Juan se asustó un poco, pero pronto se dio cuenta de que algo mágico estaba sucediendo.
De entre las ramas del árbol, apareció un pequeño duende vestido de verde. Tenía una sonrisa traviesa en su rostro y unos ojos brillantes como estrellas. - ¡Hola, Juan! ¿Qué haces aquí tan tarde? - dijo el duende con voz juguetona.
Juan no podía creer lo que veía. Nunca antes había visto a un duende en persona. - ¡Hola! - respondió emocionado-. Estaba mirando las estrellas y pensando en la Navidad.
Me encantaría tener un árbol de Navidad en casa, pero mis padres no pueden comprar uno. El duende se acercó a Juan y le dio una palmadita en el hombro. - No te preocupes, Juanito. Yo tengo una idea muy especial para ti. Sígueme.
El duende saltó por entre los arbustos y Juan corrió tras él hasta llegar a un hermoso bosque lleno de pinos altos y frondosos. - Aquí es donde viven los árboles mágicos - susurró el duende-.
Ellos saben cómo hacer realidad tus deseos más profundos. Juan miró alrededor maravillado mientras el duende buscaba entre los árboles hasta encontrar uno muy especial. Era pequeño pero radiante, con luces parpadeantes y coloridas decoraciones colgando de sus ramas.
- Este será tu regalo de Navidad, Juanito - dijo el duende con entusiasmo. Juan no podía creer su suerte. Estaba tan emocionado que abrazó al duende y luego corrió a buscar a sus padres para mostrarles el hermoso árbol de Navidad.
Cuando llegaron a casa, Juan y sus padres decoraron el árbol con todo lo que tenían: luces brillantes, adornos hechos a mano y hasta una estrella resplandeciente en la punta.
Esa noche, Juan se acostó feliz sabiendo que había hecho realidad su deseo de tener un árbol de Navidad. Pero lo que no sabía era que el árbol mágico tenía algo más preparado para él.
A medianoche, cuando todos dormían, las luces del árbol comenzaron a parpadear y una música suave llenó la habitación. El duende apareció nuevamente junto al árbol. - ¡Es hora de tu regalo especial! - dijo el duende mientras extendía una pequeña caja hacia Juan. Juan abrió la caja con cuidado y dentro encontró un libro mágico.
Cada vez que lo leía, las palabras cobraban vida y los personajes saltaban de las páginas. Desde ese día, Juan descubrió un nuevo mundo lleno de aventuras en cada historia que leía.
Su imaginación volaba alto como nunca antes y compartía sus cuentos con niños de todas partes. El regalo del árbol mágico no solo le trajo alegría a Juan sino también inspiración para escribir sus propias historias.
Con cada palabra escrita, pudo transmitir mensajes positivos e inspirar a otros niños a nunca dejar de soñar. Y así fue como Juan, el niño pobre pero valiente, se convirtió en un escritor famoso que tocó los corazones de miles de personas con sus cuentos llenos de magia y esperanza.
Y todo comenzó una noche antes de Navidad, cuando Juan se acercó al árbol y encontró mucho más que solo ramas y hojas.
FIN.