El árbol mágico y el niño curioso
Había una vez un pequeño niño llamado Pedrito que vivía en un hermoso pueblo rodeado de árboles frondosos y coloridos. Pedrito era muy curioso y siempre estaba explorando su entorno para descubrir cosas nuevas.
Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un árbol mágico. Este árbol tenía la habilidad de hablar y contar historias fascinantes.
Pedrito se emocionó mucho al conocer al árbol y decidió llamarlo "Lunes Yo", porque fue en un lunes cuando lo encontró. Desde ese día, Pedrito visitaba a Lunes Yo todas las tardes después de la escuela. Juntos compartían aventuras increíbles contándose historias maravillosas.
Lunes Yo le enseñaba sobre la importancia de cuidar los árboles y respetar la naturaleza. Un buen día, Pedrito llegó a casa con una idea revolucionaria: quería plantar un huerto en su jardín trasero para cultivar sus propias frutas y verduras. Estaba convencido de que así podría ayudar a cuidar el medio ambiente.
Pedrito le contó su plan a sus padres, quienes quedaron sorprendidos por la iniciativa del pequeño. Con mucho amor y apoyo, decidieron ayudarlo en su proyecto.
Juntos prepararon el terreno, sembraron las semillas y regaron las plantas todos los días. El tiempo pasó rápidamente y poco a poco las plantitas comenzaron a crecer fuertes y saludables gracias al esfuerzo conjunto de Pedrito y sus padres.
El huerto se llenó de colores vibrantes: tomates rojos, zanahorias naranjas, lechugas verdes y muchas otras deliciosas verduras. Un día, mientras Pedrito admiraba su huerto con orgullo, Lunes Yo apareció de repente. El árbol mágico estaba muy emocionado y le dijo a Pedrito que tenía un regalo especial para él.
De sus ramas brotaron hermosas flores llenas de vida y alegría. Pedrito quedó maravillado por el regalo de Lunes Yo y decidió compartirlo con toda la comunidad.
Organizó una feria en el pueblo donde vendió las frutas y verduras de su huerto junto con las hermosas flores del árbol mágico. Todos los habitantes se acercaron a comprar y quedaron impresionados por la dedicación de Pedrito hacia la naturaleza.
La feria fue un éxito rotundo y gracias a ello, Pedrito pudo recaudar dinero para plantar más árboles en el pueblo. Con la ayuda de todos los vecinos, lograron crear un bosque increíble que protegería el entorno natural durante muchos años.
Desde aquel día, Pedrito siguió visitando a Lunes Yo para aprender más sobre la importancia de cuidar los árboles y mantener viva la magia de la naturaleza. Juntos continuaron inspirando a otros niños a seguir sus pasos y convertirse en guardianes del medio ambiente.
Así termina esta historia llena de aventura, amistad y amor por la naturaleza. Recuerda siempre cuidar los árboles como lo hizo Pedrito, porque ellos nos brindan sombra, oxígeno y belleza en nuestro mundo. Y quién sabe...
tal vez en algún lugar exista un árbol mágico como Lunes Yo, esperando a ser descubierto por alguien con suficiente curiosidad y amor por el medio ambiente. ¡Sé tú ese alguien!
FIN.