El árbol misterioso



Había una vez una niña llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de hermosos árboles. Un día, su mamá le pidió que fuera a la tienda a comprar algunas cosas. Sofía tomó su canasta y se dirigió hacia el camino. Mientras caminaba, disfrutaba del cálido sol y cantaba alegremente. Pero cuando pasó cerca de un gran árbol, algo llamó su atención: una sombra extraña se movía en su tronco y algo parecía reírse. Sofía se detuvo, asustada pero también intrigada por lo que veía.

"¿Hola?", preguntó Sofía con temor.

La sombra en el árbol siguió riéndose misteriosamente. Sofía sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, pero su curiosidad era más fuerte. Estaba a punto de acercarse al árbol cuando escuchó la voz de su mamá llamándola desde lejos. Corrió hacia su mamá, quien la abrazó con cariño y le preguntó qué le pasaba. Sofía le contó lo que había visto y su mamá la escuchó atentamente. Luego, le explicó que a veces la curiosidad puede llevarnos a situaciones peligrosas y que es mejor siempre estar cerca de alguien que nos proteja.

A partir de ese día, Sofía entendió la importancia de mantenerse cerca de su mamá o de un adulto responsable cuando algo la asustara. Aprendió que su mamá siempre estaría ahí para cuidarla y que juntas podían enfrentar cualquier misterio o temor que se interpusiera en su camino. Desde entonces, Sofía se sintió más segura y tranquila, sabiendo que siempre tenía a su mamá a su lado.

FIN.

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