El Árbol Parlanchín


Había una vez un hermoso árbol en medio de un parque. Este árbol era muy especial, ya que tenía la capacidad de hablar y estaba lleno de vida.

Durante el día, los niños del vecindario se reunían alrededor del árbol para jugar y divertirse. Un día, mientras los niños jugaban debajo del árbol, llegó una nueva maestra a la escuela cercana. La maestra se llamaba Lucía y era muy estricta y seria.

No le gustaba ver a los niños divirtiéndose durante el recreo y siempre les decía que debían estudiar en lugar de jugar. El árbol veía cómo los niños se alejaban tristes después de cada recreo y decidió ayudarlos.

Una tarde, cuando todos estaban descansando bajo su sombra, el árbol comenzó a hablar:- ¡Hola chicos! ¿Cómo están hoy? - dijo el árbol con una voz amigable. Los niños quedaron sorprendidos al escuchar al árbol hablar, pero rápidamente se acostumbraron a su presencia.

- Hola Árbol, estamos bien pero extrañamos divertirnos en el recreo - respondió uno de los niños llamado Martín.

- Entiendo cómo te sientes Martín - dijo el Árbol -, pero sé que si hablas con tu maestra Lucía podrán encontrar una solución juntos. Los niños pensaron en las palabras del Árbol y decidieron seguir su consejo. Al día siguiente, antes del recreo, Martín fue valiente y se acercó a la maestra Lucía.

- Maestra Lucía - dijo Martín tímidamente -, ¿podemos jugar un poco durante el recreo? Nos divertimos mucho y nos ayuda a relajarnos. La maestra Lucía miró a Martín con sorpresa pero luego sonrió. - Está bien, Martín.

Pueden jugar por 15 minutos cada día, pero después debemos regresar al estudio - dijo la maestra Lucía. Martín corrió emocionado hacia sus amigos y les contó la buena noticia. Todos los niños estaban felices de poder disfrutar del recreo nuevamente.

Los días pasaron y los niños se divirtieron mucho jugando bajo el árbol. El Árbol estaba contento de verlos reír y disfrutar de su infancia. Pero algo extraño comenzó a suceder: la maestra Lucía también empezó a relajarse y sonreír más.

Un día, la maestra Lucía se acercó al Árbol durante el recreo y le dio las gracias por ayudarla a comprender lo importante que es para los niños tener tiempo para jugar y divertirse.

- Gracias, Árbol - dijo la maestra Lucía -, ahora veo lo equivocada que estaba antes. Los juegos también son una parte importante del aprendizaje de los niños.

El Árbol asintió felizmente mientras los niños aplaudían emocionados por haber logrado cambiar la forma en que su maestra veía el juego. Desde ese día, todos vivieron felices en armonía bajo la sombra del árbol, sabiendo que juntos habían hecho una gran diferencia en sus vidas.

Y así termina nuestra historia queridos lectores, recordándonos siempre lo importante que es balancear el estudio con momentos de diversión y juego. El Árbol y los niños nos enseñan que trabajar en equipo y expresar nuestras necesidades puede llevarnos a lograr cambios positivos en nuestras vidas.

Dirección del Cuentito copiada!