El árbol que nos unió



Había una vez seis amigos en un pequeño pueblo llamado Tranquilidad. Les encantaba pasar tiempo al aire libre y disfrutar de la naturaleza.

Un día, decidieron jugar a ver quién podía trepar al árbol más grande y viejo que pudieran encontrar. Todos estaban emocionados, ansiosos por probar su valentía y destreza. "¡Miren ese enorme árbol! Es perfecto para nuestra competencia!" exclamó Luca, el más aventurero del grupo. Los amigos se apresuraron a rodear el árbol e intentar escalarlo.

Cada uno hizo su mejor esfuerzo, pero finalmente, Martina, la más pequeña y ágil del grupo, llegó a la cima. Todos la aplaudieron y admiraron su hazaña.

Sin embargo, en ese preciso momento, un fuerte viento sacudió el árbol, y Juan, que había subido un poco más abajo, resbaló y cayó al suelo. Todos se quedaron en shock, sin saber qué hacer. Rápidamente, llamaron a los adultos para que ayudaran a Juan.

Afortunadamente, Juan no sufrió heridas graves, pero el incidente les hizo reflexionar a todos sobre la importancia de la seguridad y el cuidado en actividades al aire libre.

Decidieron organizar un día de concienciación sobre la seguridad en el árbol, invitando a otros niños del pueblo a aprender a trepar de manera segura y a respetar la naturaleza. A partir de ese día, el árbol se convirtió en un símbolo de unión y aprendizaje para todos en Tranquilidad.

FIN.

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