El Árbol Sabio


Había una vez en un bosque mágico, un árbol muy sabio llamado Don Roble. Don Roble era el árbol más viejo del bosque y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, Don Roble notó que los animales del bosque estaban discutiendo sobre quién era el más fuerte. El oso decía que él era el más fuerte, el águila argumentaba que era ella, y el elefante afirmaba que nadie podía superarlo.

Don Roble decidió enseñarles una lección sobre la verdadera fortaleza. "Amigos animales", dijo Don Roble, "les propongo un desafío. Cada uno de ustedes deberá encontrar la semilla más pequeña y plantarla. El que logre hacerla crecer será considerado el más fuerte".

Los animales aceptaron el desafío y se pusieron manos a la obra. El oso buscó una pequeña semilla de arándano, el águila encontró una diminuta semilla de girasol, y el elefante descubrió una diminuta semilla de almendra.

Plantaron las semillas con esmero y comenzaron a cuidarlas con amor. Los días pasaron, y las semillas del oso y el águila no lograban crecer. Se impacientaron y dejaron de cuidarlas. Sin embargo, la diminuta semilla de almendra del elefante comenzó a brotar y crecer.

Pronto se convirtió en un hermoso almendro que ofrecía sombra y alimento para todos los animales. Don Roble les explicó que la verdadera fortaleza no se trata de músculos, garras o alas, sino de la perseverancia, la paciencia y la dedicación.

Los animales comprendieron la lección y aprendieron que la verdadera fortaleza reside en el espíritu y la determinación. Desde ese día, se convirtieron en seres más sabios y cuidadosos, y el bosque floreció con su amor y esfuerzo.

Y Don Roble sonreía, satisfecho de haber enseñado una valiosa lección.

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