El Árbol y el Búho


Había una vez un árbol muy especial, el cual se encontraba en medio de un hermoso jardín rodeado de césped verde y hojas multicolores.

Este árbol era tan grande que sus ramas parecían tocar el cielo y su tronco era tan ancho que varias personas podían abrazarlo al mismo tiempo. Un día, mientras el sol brillaba sobre el jardín, un pequeño búho llegó a posarse en una de las ramas del árbol.

El búho estaba triste porque no podía encontrar su hogar y no sabía cómo volver a casa. El árbol, al verlo allí solo y desorientado, decidió ayudarlo. "¿Qué te ha pasado amigo?", preguntó el árbol con voz amable.

"Me perdí en mi vuelo nocturno y ahora no sé cómo volver a mi nido", respondió el búho con lágrimas en los ojos. El árbol pensó por unos momentos antes de decir: "No te preocupes amigo búho, yo puedo ayudarte.

Tengo muchas ramas para que puedas descansar hasta la noche y así puedas encontrar tu camino de regreso". El búho asintió emocionado ante la amabilidad del gran árbol.

Durante todo ese día, el pequeño búho descansó cómodamente en una rama del gran árbol mientras este le contaba historias sobre las diferentes criaturas que habitaban el jardín. Cuando llegó la noche, el búho se preparó para partir hacia su hogar pero antes de hacerlo se detuvo para agradecerle al gran árbol por toda su ayuda.

"Gracias por cuidarme y ayudarme a encontrar mi camino de regreso a casa", dijo el búho. "De nada amigo, siempre estoy aquí para ayudar a los que lo necesitan", respondió el árbol con una sonrisa.

A partir de ese día, el búho visitaba regularmente al gran árbol y juntos compartían historias y aventuras. El gran árbol se convirtió en su amigo más cercano y juntos aprendieron muchas cosas nuevas sobre la naturaleza que los rodeaba.

Y así es como el gran árbol se convirtió en un lugar especial para todos aquellos que necesitaban descansar, aprender y encontrar un poco de paz en medio del bullicio del mundo exterior.

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